"En la vejez, lo más importante en la vida de un hombre son sus recuerdos"
(Mauricio Pareja Bayter)
Construyendo recuerdos
¿Qué significa para usted ser madre? ¿Ser padre? ¿Qué hace para disfrutar la convivencia con su bebé?
Una recomendación importante para los padres de familia: por lo menos una vez al mes, anote en una libreta los avances de su niño, sus "gracias" y sus momentos difíciles. También escriba cómo se siente usted ante todo esto. No se imagina lo útil que es para la crianza futura de sus hijos hacer memoria de estos procesos iniciales de la vida, estas notas le servirán más adelante, pues a su niño le encantará que le hable, como contándole un cuento, qué hacía cuando era bebé, además, a usted como padre o como madre le ayudarán a tener más claros sus sentimientos y actitudes.
La alegría de abrazar
Llamar a un hijo a la vida, cargarlo y abrazarlo por primera vez, nos sumerge en un mar infinito de posibilidades, ahora somos responsables de la existencia de otro ser humano. Criar y educar a nuestro hijo puede ser una de las tareas más divertidas, emocionantes y gozosas, pero también uno de los más grandes desafíos. El pequeño depende, incluso para sobrevivir, de nuestros cuidados y de nuestro amor.
Validando nuestras emociones
Si es el primer hijo, podemos sentirnos asustados ante la enorme tarea que hemos de emprender. Muchas veces, no nos atrevemos a confesar qué tan inseguros y agobiados nos sentimos. Según nos han dicho, deberíamos estar felices en todo momento y, sin embargo, a veces nos deprimimos, estamos preocupados, cansados y de mal humor. Estas emociones son naturales. Tenemos que reconocerlas, aceptarlas y expresarlas abierta y respetuosamente para poder disfrutar plenamente de otros sentimientos como la ternura, la diversión y la alegría.
Período de ajuste
Es bueno saber que los sentimientos de desconcierto se convertirán en un amor incondicional por nuestro bebé. Por ahora, estamos viviendo un tiempo de acomodo. También el niño necesita adaptarse a su familia. Tiene mucho que aprender y nosotros somos sus maestros.
Atender a tu hijo o a tu hija con amor no lo va a "malcriar" ni a "mariquiar"
La columna más importante que sostiene todo el edificio de la vida del niño es la columna de la "confianza básica".
Como por el momento el niño depende totalmente de nosotros y tiene una fuerte necesidad de contacto y afecto, sus padres le enseñamos desde los primeros días si el mundo es un buen lugar donde vivir y si puede esperar atención y cariño. Cuando lo cuidamos, satisfacemos sus necesidades y respondemos a sus señales de bienestar o de molestia, el bebé aprende a confiar en la vida y a sentirse seguro.
Es muy importante cargarlo, acunarlo, mecerlo, hablarle en voz baja, hacerlo sentir querido. A través de estas acciones, el bebé recibe el mensaje de que cuenta con alguien. De la confianza o desconfianza que pueda tener en nosotros va a depender su visión del mundo cuando sea mayor.
Las caricias y el contacto físico son la mejor manera de darle confianza y consuelo, de tranquilizarlo, estimularlo y de expresarle nuestro amor.
Si al niño lo dejamos llorar mucho tiempo puede desarrollar un sentimiento de fracaso y tristeza que tendrá consecuencias negativas más adelante. Nuestra ternura es el alimento que le permitirá crecer emocionalmente sano y aprender a relacionarse con los demás. En la medida en que los padres comprendamos el proceso de desarrollo del niño, nuestros sentimientos serán más positivos y nuestra capacidad de disfrutar será mayor. De nosotros depende vivir la paternidad como una carga o como una gran alegría.
Tareas
1) Aprenda a observar a su niño y atienda sus necesidades. "Papi mírame", esa era una de las frases favoritas de mi hija Sofía cuando era chiquita.
2) Hágale sentir que lo quiere, cárguelo y abrácelo. "Te amo hasta el infinito y más allá" son frases que debemos repetirles aún cuando ya son grandes.
3) Atienda a su bebé siempre que llore; trate de averiguar por qué está molesto y responda adecuadamente. "Ese pelao si jode". No mamá, no papá, no te equivoques eso no es cierto, el niño no "jode" él se comunica de la única forma que sabe hacerlo, el adulto es usted, no se le olvide; el niño recién está llegando a este mundo y apenas está aprendiendo a saber lo que es el hambre, el calor, el frío, el mosquito, el aburrimiento, etc.
4) Acaricie lo más que pueda a su bebé. Aproveche la hora del baño, de la comida y del cambio de pañales para jugar con él, cantarle y hablarle. "Qué hermosa eres", "hola mi niño lindo", "cómo estás campeón", háblele aunque él aún no sepa hablar.
5) Relájese, descanse y pida ayuda cuando lo necesite. "Estoy mamei, porfa ayúdame un poco", "Échame una manito porfa para descansar", no se sienta mal por reconocer que usted también se cansa. Papá y mamá si viven juntos con su hijo deben trabajar como un equipo, solidarios en la crianza y educación de los hijos.