Introducción
Yo callaba, los niños deben ser muy indulgentes
con las personas mayores.
(EI Principito)
Cuando mi hija nació una de las cosas que más me llamó la atención era que mi esposa y yo no teníamos un modelo educativo trazado de manera explícita, nunca lo hablamos, nunca lo hemos hablado y, sin embargo, ello no significa que no exista un acuerdo tácito al respecto; si hubiera que decir cómo se llama este modelo, a qué escuela o corriente pedagógica pertenece o qué paradigma antropológico y social persigue nos quedaríamos irremediablemente sin palabras. Me pongo a pensar, si a quemarropa algún entrevistador inoportuno, de alguno de esos programas locos de televisión que sobreviven a costa del miedo y el despiste del público, se acercara a mi esposa, o a mi y nos hiciera algunas preguntas al respecto, con seguridad apareceríamos haciendo el ridículo, tartamudeando, mirándonos sorprendidos y con una risa nerviosa imposible de ocultar.
¿Pero, será que alguno de sus padres pasaría la prueba? ¿Ustedes la pasarían?
Nudo
Como les he propuesto que hagamos de estas reflexiones un diálogo, les digo de una vez: yo dudo mucho que exista alguna pareja de padres que tengan todo un proyecto educativo institucional para su familia, o un manual de convivencia escrito y bien hecho sobre cómo educar a los hijos. Ahora, para terminar de enredar la cosa, fíjense bien que hablamos de proyectos educativos y manuales de convivencia para los hijos; creo que sería mucho más complicado encontrar familias en donde se tengan estos proyectos y manuales enfocados integralmente, como verdaderas comunidades educativas, en donde no sólo se busque la educación integral de los hijos, sino también la de los padres.
Pero, no son acaso frases anti-democráticas y antipedagógicas aquellas que se suelen emplear en algunas familias, tales como: "¿es que acaso le vas a enseñar a tus papás a hacer hijos?", "¿Qué tal? Los pájaros tirándole a las escopetas", "yo soy el hombre de la casa". Pero bueno si eso ocurre en la familia, no sería ya una primera pregunta válida -No abstracta sino vital, experiencial- el interrogarnos si mucha de la aversión a los planes y a la organización democrática en la escuela no nace de allí, de la aversión a los planes y a la organización democrática en la familia; acaso, no sigue imperando muy camufladamente aquel modelo educativo que se refleja en ese refrán que dice: “la letra con sangre entra". Como una derivación de este hecho es también válido preguntarnos si no será por esa misma razón que existe la incesante aversión a la libertad y a la responsabilidad (juntas, en mutuo equilibrio) en nuestra sociedad. ¿Esta supravaloración de la improvisación educativa en la familia no será la matriz de muchas de las crisis sociales?
Para el diálogo
- ¿Para ti qué es un modelo educativo?
- ¿Qué ventajas y desventajas puede tener planear la acción educativa?
- ¿Qué efectos puede tener sobre el estudiante el empleo de la fuerza y la violencia?
- ¿Qué efectos puede tener el empleo de la democracia como recurso pedagógico en la formación para la libertad y la responsabilidad?
- ¿Qué relación existe entre familia, escuela y crisis social?