Introducción
Hoy en día se habla mucho de la inteligencia emocional, es decir, de la capacidad que tenemos los seres humanos de darnos cuenta de nuestras emociones y de como nuestra emociones impactan o afectan la vida de los demás y, también es parte de la inteligencia emocional, el aprender a identificar las emociones de los otros y de cómo esas emociones nos afectan a nosotros. Desde la inteligencia emocional hemos ido aprendiendo que cada sentimiento tiene su valor, su utilidad y su significado. Sin dudas, las emociones le dan sabor, variedad y riqueza a la vida. Pero tienen que ser adecuadas, es decir, estar relacionadas y guardar proporción con las circunstancias en las que se producen.
Nudo
Nuestras emociones son diversas, algunos psicólogos identifican hasta cinco emociones básicas (alegría, ira, tristeza, miedo, asco) y también nuestras experiencias son muy diversas y a cada una corresponde una emoción. A veces los sentimientos son agradables, a veces dolorosos, hay momentos de alegría y otros de tristeza. Si lográramos quitarles a algunos sentimientos su signo negativo, podríamos aceptarlos y expresarlos todos.
Es importante aclarar también que las emociones no son ni buenas ni malas. Reconocer, validar y manifestar nuestros sentimientos y los sentimientos de los demás es algo útil y necesario, pero no debemos convertirlo en conductas dañinas para nosotros o para los otros, esto último que hemos dicho lo podemos entender muy bien si traemos a nuestra memoria lo ocurrido en la 94 entrega de los Premios Oscar del 27 de marzo del año 2022, en aquella noche, el actor Chris Rock jugó una broma pesada a la actriz Jada Pinkett - Smith y su esposo, el también actor Will Smith se levantó a agredirlo físicamente, lo que le ocasionó serias consecuencias para su vida personal y profesional.
Está bien demostrar cualquier emoción, pero no cualquier acción, hay formas civilizadas de expresar nuestro malestar sin llegar a los golpes, somos responsables de nuestros actos. Perder el control y dejarnos llevar por un sentimiento fuerte no nos lleva al bienestar emocional ni a mejorar nuestras relaciones. Ser capaces de serenarnos es una habilidad necesaria para convivir en armonía. Es una capacidad que necesitamos enseñar a nuestros hijos desde que son pequeños, y la mejor forma de hacerlo es tratarlos con respeto, comprensión, cariño y dándoles buen ejemplo, en este sentido los protagonistas de esa nefasta noche, tienen la posibilidad de enmendar su error de una manera igualmente ejemplar.
Desenlace
Para finalizar vale la perna recordar, que desde que nacen, los niños viven emociones muy intensas (les recomiendo ver la película "Intensamente"). Los padres comenzamos a educar esas emociones en los momentos de intimidad con nuestro hijo o hija, cuando reconocemos sus gustos, atendemos sus llantos, y le damos lo que necesita, igualmente también educamos cuando le mostramos a nuestros hijos como enmendar de la forma correcta nuestras equivocaciones y errores, es bueno que nuestros hijos vean que nosotros también estamos aprendiendo y que cuando nos equivocamos tenemos la valentía y la humildad para rectificar..
