Bienvenidos a 'Café con Sal', mi recién estrenado rincón en El Universal, donde el primer sorbo no es solo de bienvenida y gratitud con el periódico por permitirme escribirles a ustedes, sino también de invitación a explorar lo cotidiano con asombro y curiosidad.
¿Por qué Café con Sal? Es un tributo a la curiosidad, a ese gusto por descubrir lo inesperado en lo rutinario, y a la valentía de cuestionar nuestras propias respuestas en la inmensidad de lo que nos preguntamos.
En esta mi primera entrada, dedicada a mi profesión, me tomo un café con algunas reflexiones del libro “Asking the Right Questions: A Guide to Critical Thinking, de Neil Browne. Lo leí el fin de semana pasado, y estoy seguro que le servirá a algún comunicador social allí afuera.
El pensamiento crítico, además de ser una herramienta para cualquier profesión, nos permite a los comunicadores cuestionar nuestro quehacer, profundizar en nuestros mensajes, y guiar nuestros pasos en un camino que parece cada vez más incierto.
Aquí les dejo cinco ‘tips’ que pueden ser de gran utilidad:
Plantea tu objetivo: Antes de lanzar cualquier plan de acción, es importante preguntarnos: ¿Cuál es mi objetivo principal?. Parece obvio, pero muchos planes no tienen un objetivo preciso. Tener una intención clara es el primer paso de cualquier comunicación efectiva.
Considera la evidencia: Examinar críticamente todas las pruebas que se nos presentan nos dará claridad en nuestro plan de comunicaciones. Recuerda que la evidencia es la base de cualquier mensaje. Las audiencias la valorarán más que a tu propia opinión.
Piensa en las audiencias: Es importante pensar cómo nuestro mensaje será recibido por diferentes audiencias. Interactuamos a diario con grupos de diferentes edades, géneros, etnias. Pensar en ellos, y en cómo recibirán nuestros mensajes, nos prepara para responder y adaptar nuestras estrategias en el camino.
Implicaciones a futuro: Todo mensaje tendrá una reacción. Pensemos en las implicaciones a futuro de nuestra comunicación. ¿Lo que quiero decir, como lo quiero decir, y a quienes se los quiero decir, me permitirá pavimentar un camino hacia mi meta?
Cuestiona tus propias preguntas y sesgos: ¿Están mis preguntas y suposiciones libres de prejuicios? Esto es fundamental en la comunicación estratégica, pues logramos mensajes equitativos, transparentes para nosotros mismos y nuestras audiencias. Además, no siempre acertamos al preguntar, y por ende no recibiremos las respuestas que buscamos. Desafiemos nuestras propias suposiciones y prejuicios, y logremos establecer una conexión más profunda con quienes nos dirigimos.
Con estas recomendaciones, que bien pudieran ser aplicadas a cualquier profesión, les extiendo una cálida bienvenida a este espacio de diálogo y descubrimiento. Espero que cada entrada, comenzando por esta, sea un motivo para detenerse, reflexionar y quizás, saborear la cotidianidad en sus diferentes matices. Bienvenidos a la conversación, espero que disfruten de este café con sal tanto como yo.