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Es cierto que allí han vivido desde siempre y que de alguna manera nosotros usurpamos su territorio, también es cierto que desde la época de la colonia y la conquista, lo único que se ha hecho con ellos es desplazarlos y asesinarlos, con unas cifras que harían palidecer a cualquier Stalin o Hitler, porque en realidad es el mas grande genocidio que la humanidad haya conocido, patrocinado por reyes y papas.
Es muy cierto que incluso hoy están atrapados en una guerra que no les corresponde, en territorios en los que nunca debió pasar lo que está pasando.
Pero no es cierto que sean las fuerzas armadas las culpables de la actual situación.
Y no es que diga que nuestro ejercito esté libre de pecado, pero no es cierto que ellos vayan y ataquen pueblos, asesinen y secuestren, que generen una guerra en la que precisamente sus perpetradores ganan con la actitud de pedir una desmilitarización de zonas que de verdad quedaran a la buena de Dios.
Entonces no es al ejercito a quien deben ir los indígenas a desocupar, si no a los verdaderos criminales que atentan contra población civil, a veces sin necesidad de presencia militar, solo por el hecho de amedrentar y causar terror, solo por el hecho de robar y lucrarse criminalmente con el dolor ajeno, solo por el hecho de demostrar poder y continuar con sus labores de narcotrafico y trafico de armas.
Claramente es a esos actores a quienes deben ir los indígenas a echar de su territorio, pedirles respeto por su dignidad y exigirles nunca volver, pero con la garantía de que no lo harán porque sus tierras están protegidas por personas que están dispuestas a sacrificar sus vidas por ellos y no para ser tratados como animales, como muestra la foto de arriba.
Es cierto entonces que una de dos: O claramente la movilización indígena está infiltrada por la guerrilla que pretende obtener un despeje gratis y que son seguridad no van a cumplir ninguna promesa de irse como ya lo hemos visto antes, o son simplemente los idiotas útiles, personas ingenuas que creen que con invocar sus leyes ancestrales unos verdaderos mentirosos y perversos asesinos van cumplir algo que para ellos nunca ha existido: su palabra.
Y es curioso, que los indígenas que piden un cese a la violencia no actúen en consecuencia a esto, dialogando y planteando un acuerdo.
Muy curioso, hasta sospechoso diría yo.