Novela de Doris Lessing

El quinto hijo


Por: Alejandro Salgado Baldovino

“Hicieron el amor, allí, en su cama. Harriet estuvo a punto de gritar: «¡No, para! ¿Qué estamos haciendo?». ¿No habían decidido acaso esperar dos años para tener hijos? Pero se sintió abrumada por la resolución de él… sí, eso era, él le hacía el amor con una intensidad tan deliberada, concentrada, mirándola a los ojos, que la obligó a aceptarle, a aceptar que tomara en ella posesión del futuro. (…) Y lo hicieron con deliberación solemne. Una vez. Dos. Y luego, cuando la habitación ya estaba a oscuras, volvieron a hacerlo.

—Bien –dijo Harriet en voz baja, pues estaba asustada y decidida a no demostrarlo, bien, ya está hecho, estoy segura.

Él se echó a reír. Una risa fuerte, desconsiderada, sin escrúpulos, totalmente impropia del modesto, alegre y sensato David.”

Este fragmento que se encuentra en las primeras páginas de la novela impresiona, no solo por ser el detonante de todo, sino que deja al descubierto,desde el principio, la posición y el foco que tendrá durante toda la novela la imagen de la mujer, específicamente de esta madre, Harriet. 

Harriet y David son una joven pareja de clase media-alta que se conocen en una fiesta y pronto inician una relación llena de sueños y objetivos. Entre ellos, tener una familia numerosa, de cuatro, cinco o seis hijos. Tendrían que trabajar duro para mantenerlos, pero se habían dado un plazo de dos años para empezar a acomodarse; todo se ve apresurado por un aparente descuido. Descuido del que Harriet es plenamente consciente, pero decide dejarlo pasar, al haberse sentido un poco intimidada y desconcertada por la resolución de su esposo.

Contrario a lo que se podría pensar, cuando empiezan a llegar los primeros cuatro hijos, todo transcurre en completa paz y armonía. La rutina, las reuniones familiares, los juegos, los desvelos y la felicidad. Todo cambia de forma abrupta cuando nace el quinto hijo, Ben, quien es distinto a los demás. Es físicamente desfigurado, lo que genera conflictos,desde su nacimiento en el núcleo familiar.

Es interesante el abordaje que hace la autora desde este planteamiento y las dinámicas resultantes, especialmente en la madre, Harriet, quien inmediatamente es señalada como la culpable de todos los males de la familia Lovatt. Harriet, cuando ve al niño, es la primera en rechazarlo, es ella quien lo desconoce e intenta por todos los medios que las otras personas reconozcan lo que para ella es evidente. A la vez, Harriet es la única persona que intenta entenderlo y se preocupa por él. Un contraste de emociones internas y ambivalentes que reflejan ese abismo de dudas y contradicciones que nublan el corazón de una madre y que se encuentra por encima del amor y del sentido de protección hacia su hijo. 

Los amigos, la familia, los otros hijos, los médicos y su marido concentran toda la culpa y responsabilidad del hijo defectuoso sobre la madre. El círculo más cercano le da opciones facilistas y trágicas para deshacerse de ese defecto de la naturaleza, mientras que el médico no ve así el problema y opina que todo es culpa de ella, por no haber aceptado a su hijo.

La novela está escrita con un lenguaje sencillo y fácil de leer, pero poco a poco va envolviendo de manera hipnótica en una trama de terror e intriga. El uso del narrador en tercera persona ayuda en las primeras páginas a dibujar el entorno y las relaciones de la pareja con las otras personas, pero a medida que avanza la narración y el narrador va enfocando su lente en Harriet; se observa cómo escarba en sus cavilaciones acerca de su familia, su esposo, sus otros hijos y su mirada siempre sobre Ben, intentando entenderlo, anticiparlo y ayudarlo.

Aunque el libro es agradable y plantea temas interesantes acerca de la familia, la responsabilidad de las madres y el papel de la misma sociedad en el desequilibrio de estas cargas, la resolución es un poco floja, aunque un punto positivo es que evita el efectismo final. Sigue dejando un leve sinsabor, porque entre esa mezcla de realismo con fábula moral llena de intriga, hay algo esencial y poderoso que se pierde y difumina. No sé exactamente qué es, o quizás no entiendo mucho de las relaciones expuestas, porque resultan borrosas; quizás es parte del objetivo de la autora. Remito nuevamente al fragmento inicial, a esa escena donde la mujer se ve despojada de casi todo en un solo instante, en un segundo, en un solo orgasmo: de su voluntad, de su identidad y de su futuro.

Nota adicional: Es interesante enterarse después, deque quizás la novela tenga tintes autobiográficos, porque la autora, Doris Lessing (ganadora del Premio Nobel de Literatura 2007), abandonó a su familia, dejó a algunos de sus hijos con el padre de ellos y se llevó tan solo a uno que tenía necesidades especiales, al que cuidó de por vida y a su lado desarrolló su carrera. 

Teniendo esto en cuenta, es interesante comparar las historias y plantearse la pregunta sobre cuáles, quién o quiénes eran las verdaderas limitaciones de Harrietpara desarrollarse plenamente como mujer y comoser humano.


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