Por: Mauricio G. Pareja Bayter
Introducción
“Sólo se conocen bien las cosas que se domestican – dijo el Zorro- … y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame! (El Principito).
Ayer, cuando estaba sentado en mi computador trabajando, mi hija se acercó y me dijo “Pá ¿puedes venir por favor?”, al mirarla observé que sus ojos estaban llenos de lágrimas y su rostro reflejaba un profundo dolor “¿Qué pasó?” fue lo que de inmediato le pregunté… “creo que Paco se murió”.
Hace un par de días había visto en las noticias que Lucky, la mascota de la senadora Angelica Lozano y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, había muerto, mientras tanto, Paco, un french poodle de 15 años, con su salud bastante deteriorada nos iba dando señales que su hora final era inminente.
Hoy en la mañana, alistándonos para enterrar a Paco en el jardín recibo un mensaje en el chat del Colegio Colombiano de Psicólogos, en él solicitaban nuestra colaboración para escribir un articulo sobre el “Duelo por la muerte de una mascota” y bueno, aquí estoy intentando contarles, junto con mi esposa Jana Galindo, cómo sobreponernos a la pérdida de “alguien” que ha significado tanto para nuestra familia.
¿Cómo dejar el dolor tras la pérdida de una mascota?
“Si vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres” (El Principito).
Al respecto, al hacerle esta pregunta a mi esposa ella de inmediato respondió: “El dolor no se deja de lado, se vive como parte importante del duelo. El dolor nos recuerda el significado que ha tenido su presencia en nuestra vida. Hay que llorarlo, pensarlo, extrañarlo, recapitular los momentos para darles el lugar que merecen en nuestra historia”.
Tengamos presente que el duelo, desde el punto de vista psicológico es el conjunto de patrones de pensamientos, sentimientos y acciones que surgen ante un contexto de pérdida, en este sentido traigo a consideración la frase de Epicteto en la que el Psicólogo español Rafael Santandreu fundamenta su libro “El arte de no amargarse la vida”: “no nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”.
¿Cómo sobreponerme a esa situación? ¿Cómo despedir a mi mascota para que no afecte mi vida laboral o personal?
“No era más que un zorro semejante a otros cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo” (El Principito).
Mi esposa nos venia preparando para este inevitable acontecimiento y precisamente de ella son las palabras que responden mejor estas dos preguntas:
“Estar preparados para el duelo empieza mucho antes de la pérdida, te preparas cuando entregas cada día lo mejor de ti a su cuidado.
Los rituales, independientemente de las creencias, son un momento esencial de las despedidas, es hacer concreta esa realidad de la ausencia, es honrar su memoria dejándola en un lugar bello, digno, y hacer las paces con la nueva circunstancia. No se trata de continuar como si se hubiera extraviado un objeto de poco valor, al contrario, las especies animales, como seres sintientes que nos han llenado de cariño y nos han dejado enormes lecciones de humanidad, nos convocan con su vida e incluso con su muerte a que nos tomemos un tiempo para meditar la existencia, para replantear las ideas, para poner en orden los sentimientos para seguir andando”.
Recomendaciones para superar la pérdida de una mascota
“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos” (El Principito).
Para finalizar quiero darles 6 breves consejos que pueden ser de gran ayuda para quienes, al igual que mi familia y yo, hemos vivido la muerte de una mascota:
- Validación del hecho: Es importante reconocer lo ocurrido, la muerte es inevitable.
- Validación de las emociones: Las emociones básicas (ira, tristeza, temor, asco, alegría) son intensas y de corta duración, en condiciones normales todas ellas van y vienen, no dependen de nosotros, sentirnos triste, con rabia o con miedo es parte esencial de nuestra condición humana.
- Hacer un buen cierre: Para despedir a la mascota resulta de gran ayuda hacerle un funeral, recordar los buenos momentos vividos, lo aprendido de ella e incluso recordar sus travesuras.
- Adaptarnos a la nueva realidad: Los grandes maestros espirituales de la humanidad nos han dejado frases preciosas a las que nosotros los psicólogos echamos mano en situaciones como estas, una de ellas es la que dice: “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional” (Buda). De nosotros depende en buena parte el decidir superar el sufrimiento por la pérdida. Si no podemos hacerlo, entonces debemos con humildad buscar ayuda profesional.
- Buscar redes de apoyo: Familiares y amigos que comprenden nuestra situación siempre son una buena opción a la hora de tener a alguien con quien estar o hablar para superar el dolor. Incluso hablar con personas que han vivido situaciones parecidas a la nuestra y han salido adelante resulta realmente alentador.
- Mantén hábitos saludables: Esto último es una norma general que vale incluirla en el proceso de duelo, desde los griegos hemos escuchado repetidamente “mente sana en cuerpo sano”, por ello es importante cuidar nuestro cuerpo manteniendo hábitos saludables, por ejemplo: comer bien, dormir bien, hacer ejercicio y reír mucho.
Conclusión
“Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado” (El Principito).
Sea esta la oportunidad para rendir un homenaje a nuestro pequeño peludo que nos acompañó durante tantos años y también para todos aquellos que con amor han sabido compartir su vida con una mascota.