Síndrome Post-Vacacional: qué es y cómo prevenirlo.


Por: Olga Elena Vallejo Calle. 

Subdirectora nacional del campo de la Psicología de las Organizaciones y del trabajo en COLPSIC.

Disfrutar de las vacaciones suele ser placentero, especialmente cuando éstas coinciden con festividades como navidades, fin de año, ferias, carnavales, etc., o se realizan viajes, paseos o actividades que nos permites desconectarnos totalmente de la vida laboral. Sin embargo, regresar al trabajo después de un periodo de vacaciones, puede convertirse en un verdadero suplicio para algunas personas y esto se debe al síndrome post-vacacional, también conocido como estrés o depresión post-vacacional, que suele manifestarse con síntomas de ansiedad o presión emocional que surgen cuando intentamos readaptarnos a las actividades laborales después de unas vacaciones. Los síntomas, pueden variar de una persona a otra, pero los más frecuentes son: dificultad para concentrarse, insomnio, somnolencia diurna, malestar general, ansiedad, depresión, disminución del rendimiento laboral, palpitaciones, aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, sudoración, cambios de humor, irritabilidad, temblores y otras manifestaciones físicas, emocionales y comportamentales del estrés agudo; lo cual afectará la productividad, la calidad, el rendimiento laboral y predispondrá a sufrir accidentes de trabajo.

El síndrome post-vacacional, más que una enfermedad, se considera un trastorno del proceso adaptativo a la vida laboral después de unas vacaciones, que suele presentarse con mayor frecuencia en las mujeres, quizá por estar expuestas a mayor presión en su rol socio-familiar. Este trastorno suele durar unos cuantos días y por lo general no requiere abordaje psicológico o médico. Sin embargo, si se prolonga más de dos semanas, puede convertirse en un estrés crónico o síndrome de ansiedad generalizada, lo que requeriría de un abordaje profesional (psicólogo, médico, psiquiatra).

Recomendaciones para evitar que se presente el síndrome post-vacacional:

  • Si está de viaje, regresar al menos con 2 o 3 días de anticipación a la fecha de reintegrarse al trabajo.
  • Dormir al menos 8 horas, para llegar descansado al trabajo y realizar técnicas de respiración y relajación.
  • Planear y organizar previamente lo que requiere para el regreso al trabajo.
  • Recibir una reinducción y no realizar actividades de alto riesgo, o que requieran mucha minuciosidad y responsabilidad el primer día.
  • Asumir gradualmente el trabajo. Iniciar con reuniones relajadas y de planeación, y compartir con el equipo de trabajo las experiencias de las vacaciones.
  • Establecer horarios, alimentarse saludablemente y realizar pausas activas en el trabajo.
  • No llevar trabajo a casa. Aplicar la desconexión laboral.
  • Fomentar entornos de trabajo saludables.
  • Buscar ayuda profesional, si presenta dificultad para adaptarse al trabajo después de las vacaciones.

 


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