Pigmentocracia


PERLA, Proyecto sobre Etnicidad y Raza en América Latina, es dirigido por el sociólogo Edward Telles, profesor de Princeton. Cubre México, Colombia, Perú y Brasil.

La investigación del capítulo de nuestro país estuvo a cargo de Fernando Urrea y Carlos Viáfara de la Universidad del Valle, y Mara Viveros de la Universidad Nacional.

Según Telles, “casi todos los países de las Américas se pueden describir como pigmentocracias”, al analizar estadísticamente el logro educativo con el color de la piel.

“Las pigmentocracias más pronunciadas son Guatemala y Bolivia, que parecen reflejar la baja condición social de sus poblaciones indígenas, especialmente grandes”.

El investigador líder de PERLA en Colombia, Fernando Urrea, contesta preguntas básicas en la discusión que plantea el estudio.

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¿Qué significa que Colombia sea una pirámide social pigmentocrática?, según el estudio.

Significa que las desigualdades sociales en Colombia han sido y son el resultado combinado de la clase social y el color de piel, como componentes que interactúan uno con otro.

El factor racial de la desigualdad en el país pasa por la clase o sea, por la posición social que todo individuo y los colectivos a los cuales pertenece (red familiar, grupos de pares, vecindario, espacio laboral, etc.), tienen en la estructura social.

¿Cómo entra el color de piel a jugar?

Los individuos con mayores capitales (simbólico, escolar, cultural, económico, social, etc.) tienden a presentar los colores de piel en apariencia social más “claros” y lo contrario, los que poseen menores capitales en la escala social, los colores más “oscuros”. Este fenómeno incide en los distintos mercados, como el laboral.

¿Pero en Colombia la ‘raza’ pesa tanto?

El componente socio-racial en Colombia está modulado por la ideología del mestizaje. En este sentido es un modelo racial diferente al anglosajón y surafricano.

El mestizaje en Colombia, y en otras sociedades de América Latina, históricamente generó un juego de fronteras fluidas entre las clases sociales alrededor de las mezclas raciales, creando la ilusión formal de invisibilizar las desigualdades.

¿Y cuál es la ‘lógica’ social del mestizaje?

El blanqueamiento como estrategia individual y colectiva en los diferentes espacios de la vida privada y pública. La gente más “blanca” es la mejor valorada y presenta las mayores y mejores oportunidades en sus trayectorias biográficas.

Así, la discriminación racial en Colombia tiene que ver con el carácter pigmentocrático de la desigualdad social. Algo que afecta a todos los grupos sociales subalternos: población afrocolombiana, indígena y mestiza de piel oscura.

A su juicio, ¿cómo podría modificarse esa pigmentocracia?

En primer lugar, es necesario hacerla explícita para efectos de problematizar la ideología del mestizaje asociada a una democracia racial. No soy optimista en erradicar la pigmentocracia, pero sí podría ser viable reducir o morigerar sus efectos más perversos, actuando sobre el sistema educativo y el mercado de trabajo, por ejemplo.

*Publicado en la revista Color de Colombia, cuya edición 4 fue posible gracias al apoyo del Programa para Afrodescendientes e Indígenas de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, USAID.


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