¿Cuándo fue la última vez que sentiste orgullo de pertenecer al lugar donde trabajas? ¿Cuándo te sentiste tan motivado que le contaste al mundo que la empresa donde trabajas es el mejor lugar para trabajar? ¿Te consideras un fan de tu empresa?
En el contexto organizacional, ser un auténtico brand lover se traduce no solo en una conexión emocional con la marca, sino en el rendimiento que cada colaborador tiene y que es la gran palanca para que la empresa logre sus objetivos.
Por eso, al tiempo que las organizaciones trabajan para crecer en ventas, captar clientes y fidelizar aquellos que hoy lo son, deben trabajar por fortalecer el engagement de sus colaboradores. De acuerdo con el último informe Employee and Performance Gallup 2020, las empresas que cuentan con buenos niveles de engagement logran hasta un 81% menos de absentismo, 18% más de productividad y un 23% más de rentabilidad.
Para lograr niveles de engagement óptimos, las empresas deben contar con estrategias de comunicación interna robustas, con indicadores claros y que faciliten medir los avances. La fuerza que mueve cada día una organización es la comunicación, pues posibilita que las relaciones humanas se den, que las personas conozcan el para qué hacen lo que hacen, sientan y actúen en consecuencia de eso que les da norte, que les otorga un propósito.
Una comunicación interna pensada y diseñada para generar engagement en cada una de las generaciones que conviven en la empresa, de la mano por supuesto, de un liderazgo responsable que, desde la coherencia, moviliza en la dirección correcta, construye comunidad.
Uno de los hándicaps con que se asocia a la comunicación, es la falta de medición de su impacto. Combinar lo cualitativo con lo cuantitativo es uno de los equilibrios que debemos lograr para ganar credibilidad y confianza en la gestión. Medir los niveles de engagement del equipo nos dará herramientas para dar pasos certeros. Una apuesta en este sentido es el modelo propuesto por PrideCom, People Engagement Pyramid, que plantea 6 niveles de madurez en comunicación interna, para ayudar a predecir el nivel esperado de engagement.
Esther Castaño Huerta, Head of Global Internal Communications en Iberdrola, enfatiza en que “no hay engagement si no hay confianza, las personas quieren trabajar en un ambiente de confianza y respeto, y que les hablen desde la verdad, con información atractiva, interesante y útil”, es por esto que el desafío para la comunicación interna es enorme, y no podemos desestimar su valor.
Diseñar una estrategia de comunicación interna sólida es una prioridad para las empresas, que muchas veces se esfuerzan más por comunicar hacia afuera y no garantizan una experiencia de empleado que incida de la manera que se requiere en el mejoramiento de sus niveles de crecimiento. Esta estrategia, que mezcla el liderazgo y la comunicación, debe ser pensada para atraer y conectar a los diferentes públicos y generaciones que conviven en la empresa: Baby Boomers, Generación X, Millenials y Generación Z.
Estrategia y sentido común se requieren para atraerlos. Mantenerlos informados no es suficiente, escuchar sus voces y que participen es un gran paso, que comprendan por qué llegan cada día a trabajar, se comprometan con el propósito y actúen en consecuencia de esto, es indispensable. Ganar un brand lover es el desafío. ¿Lo asumes?
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*Comunicadora social y periodista, magíster en Administración, especialista en Gerencia de la Comunicación organizacional. Docente de cátedra.
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