Sentir la sostenibilidad


Recorrer las calles de una ciudad como Cartagena puede resultar sumamente confrontativo. Me sucede a diario, especialmente al observar la persistente problemática de las basuras, al escuchar a personas cansadas y molestas por la falta de oportunidades, y al evidenciar de manera dolorosa la inequidad que nos asfixia.

El propósito superior que representa para la sociedad la generación de acciones que permitan legar un mundo mejor a las nuevas generaciones, en una visión de mundo sostenible, es tanto todo como nada. Es todo para aquellos que, de manera auténtica, han asumido la tarea de hacer algo para lograrlo. Es nada para aquellos que simplemente ignoran que perpetuar las condiciones de inequidad nos condena en el tiempo a repetir tristes historias de vida.

Sí, es agotador y confrontativo ver cómo tanto ciudadanos como organizaciones pueden insistir en ir en contravía de ese propósito. Hoy, incluso la falta de optimismo ni siquiera nos permite reconocer los esfuerzos que de alguna u otra manera se están haciendo en el territorio.

En la reciente Encuesta de Percepción Ciudadana de Cartagena Cómo Vamos, solo el 4% de los encuestados reconoce que la empresa privada está llevando a cabo acciones para mejorar la calidad de vida de los habitantes. Las ONG también obtuvieron el mismo 4% frente a esta pregunta. Este último dato es similar al estudio de Caracterización del sector social de Cartagena realizado por la Universidad Tecnológica de Bolívar, la Cámara de Comercio y la Fundación Santo Domingo, donde solo el 5% de la muestra encuestada reconoce la labor que están realizando las ONG en el territorio.

En un mundo con un llamado urgente que nos convoca a unir esfuerzos para ser sostenibles, con acciones concretas, liderazgos responsables y ejemplares, la comunicación emerge como una herramienta poderosa de transformación. Pero el desafío es aún mayor; en el marco de esa anhelada sostenibilidad, la necesidad de sentir y trabajar en la calidad de los vínculos es apremiante.

Sentir para tener una conciencia activa y que verdaderamente nos importe lo que sucede de manera individual y colectiva; construir vínculos que nos generen confianza y cohesión con otros para llevar adelante procesos transformadores de realidades.

Sentir para posibilitar la sostenibilidad. Comunicar para disminuir la incertidumbre y los miedos que, como individuos, nos separan; para tener claras las metas y objetivos y asumir el presente con optimismo y coraje movilizador.

No perdamos de vista que vivimos en una sociedad cansada, donde se espera que empresas y organizaciones sirvan de modelos con un comportamiento organizacional distinto. Empresas con personas que sienten y se conectan con la realidad, con un sello de liderazgo (Dave Ulrich y Norm Smallwood), donde habitan líderes con características excepcionales para alcanzar metas extraordinarias, alineadas con las expectativas de los grupos de interés.

*Comunicadora social - periodistas, MBA. 

Sígueme en LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/jackeline-pajaro-lopez/


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR