Hay gran preocupación por el reciente fallo del Consejo de Estado en el que el alto tribunal ordena a la Universidad de Cartagena pagar a ECOPETROL la devolución de 50 mil millones de pesos por concepto de la Estampilla “A la altura de Los Tiempos”, en una batalla legal que viene desde el 2006.
De acuerdo con la sentencia del máximo tribunal, los 50 mil millones de pesos deben ser indexados y traídos a moneda actual, pues datan del 2010, además de pagar intereses corrientes y moratorios, lo que aumenta aún más las preocupaciones, debido a que, con todos estos ajustes, el valor final a pagar por parte del alma mater, puede escalar a cifras astronómicas.
Si bien es La Contraloría la que hace el cálculo y define cuánto finalmente es lo que debe pagarse, ya algunos expertos apuntan a que este valor puede ascender entre 200 mil y 300 mil millones de pesos. Sin duda, un golpe mortal a las finanzas de la Universidad de Cartagena.
Pero mientras la Universidad recibe este duro embate, que empeora dramáticamente su actual situación deficitaria, la empresa Ecopetrol se encuentra en un momento ostentoso, desde el punto de sus rendimientos y utilidades.
El año pasado ECOPETROL obtuvo una utilidad neta de 33.4 billones de pesos, la más alta de la historia de la compañía, con un EBITDA de 75, 2 billones; y actualmente se encuentra repartiendo una fortuna en dividendos a socios, accionistas, y al gobierno central. Y como corolario del buen momento de ECOPETROL, su filial Reficar, acaba de ganar una jugosa demanda a la multinacional CB& por 1000 millones de dólares, en un pleito que viene del 2015.
Si bien las providencias judiciales son perentorias, es también cierto que la Universidad no está en capacidad de pagar lo que ordena la sentencia del Consejo de Estado, implica desvertebrar el presupuesto de funcionamiento e inversión, y precipitar en cualquier momento la parálisis institucional.
Dadas las complejidades del asunto, y de la actitud de las directivas de Ecopetrol que no cejan enr poner a pagar a la universidad aun a costa de su insolvencia, la solución tiene un ribete político, y corresponde al alto gobierno resolverlo.
Sin descartar los recursos legales a los que haya lugar en estos momentos, y que deben emprenderse con prontitud por parte de las directivas de la universidad, lo cierto es que este problema se resuelve si el presidente Gustavo Petro, ordena a ECOPETROL condonar este pago y reversar así el alcance del fallo judicial.
Actualmente la Junta Directiva de ECOPETROL está bajo el mando del Presidente de la República, a través del recién nombrado presidente de la compañía, Ricardo Roa, quien fue su gerente de campaña; y Saúl Kattan, ex ETB en la Alcaldía de Petro; tres samperistas de la coalición de gobierno: Mónica de Greiff, Mauricio Cabrera y el ex viceministro de Hacienda, Andrés Hernández.
Así las cosas, el balón está en la cancha del presidente Petro, en el entendido de que es la opción viable para evitar un descalabro financiero a la Universidad de Cartagena.
La comunidad universitaria y la ciudadanía deben encender las alarmas y cerrar filas en torno a la defensa de la universidad en la actual coyuntura, exigiéndole al presidente de la República que tome cartas en el asunto, y ordene a la Junta Directiva de ECOPETROL, implementando la figura que corresponda, el no cobro de estos dineros que ordena la sentencia.
Es una oportunidad además para que los estamentos universitarios le exijan al gobierno la reforma de la ley 30 de 1992, en sus artículos 86 y 87, dado que en últimas, es esta la causa de la tragedia financiera que golpea a las universidades del país y que las lleva a tener que subsidiarse con mecanismos como las estampillas y otras formas de autofinanciación.