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Una vez más vemos cómo las falencias de administraciones distritales anteriores a la actual siguen generando un impacto negativo en la ciudad. No bastó con iniciar la etapa pedagógica de Transcaribe de forma mediocre y afanada (como para salir del paso), sino que ahora obligan a que el nuevo alcalde electo, “Manolo” Duque, diga de manera muy acomodada que la etapa comercial de este aparente nuevo y mejor sistema de transporte (el cual necesitó de al menos 8 años para iniciar como un fracaso) debe comenzar, así sea con “billete en mano”.
Esto quiere decir que el innovador y moderno sistema de Transcaribe no cuenta con un mecanismo de cobro organizado, digitalizado y sistematizado (es decir, sin tecnología), no habrá usos de tarjetas y recargas; habrá personas, no sé si fuera o dentro del bus, cobrando el pasaje así como cualquier esparrin de buseta.
Pero no hay que ser pesimistas, sino realistas, tras 8 años aproximadamente (a lo mejor son más) de inversión y construcción, Transcaribe demuestra ser la estafa política y el fracaso en infraestructura más grande de la Historia cartagenera contemporánea, fracaso impulsado con mucho fervor por administraciones anteriores y que hoy colocan en una situación vergonzosa al actual alcalde, quien tiene que lidiar con improvisaciones, cayendo él también en ese juego malévolo.
¿Hasta cuándo Cartagena tendrá que padecer de la mediocridad de los funcionarios públicos que la administran? ¿Hasta qué punto los intereses económicos de los políticos con sus patrocinadores serán más importantes que las necesidades del pueblo cartagenero?