"Tengo Derecho a ser feliz"


Usted puede ejecutarlo en su comunidad. Para eso fue diseñado.

Viajar con la literatura invisible implica involucrarse de pleno compromiso con cada uno de sus pasos. Es por eso que, mientras otras pequeñas cosas van terminando de gestarse,Apilaresluz y otros buenos amigos como Iza casa y los personajes de la Cartagena amiga, nos dimos cita para llevar a cabo "tengo derecho a ser feliz", un taller lúdico aprehensivo que busca fortalecer la autoestima a través de la interacción colectiva teniendo como objetivo enseñar, desde la programación neurolinguistica  (uno de esos buenos inventos de la autoayuda), el valor y prima importancia de los derechos humanos.

A ciencia cierta no sabemos qué tanta aplicación puedan tener, y si vale la -literal- pena, apostarle a enseñarlos, pero usted también podrá enseñar códigos fundamentalespara la sana convivencia; como el compartir, la colaboración y la solidaridad; palabras que cobran vigencia en el momento histórico de la humanidad; cuando más empecinada está en disfrutar el malestar del consumo. 

Este post busca contar algunas impresiones sobre La Boquilla,única playa de cartageneros. Usted debe saber que allí la gente se ayuda pero también se expone,

que la empresa de luz hace estragos con la sobre carga; un poco porque la luz está por los cielos, y otro poco por el abuso, 

que bailan cada vez que pueden y que hay de todo como de nada; que si bien son buenos también son ignorantes; como todos. Debería ser un delito negar cuando nos equivocamos.

que les escribo de prisa pero con ganas; que "tener derecho" es la expresión más completa para encarar la vida;

tengo derecho a ser féliz es una declaración cuya formulación encamina las respuestas, del niño o adolescente, a quehaceres positivos para la "proactividad" en tiempos de auténtica flojera, mimetizada en la actividad virtual y otras "comodidades".

Lo curioso es que con estos pequeños abunda, por suerte, el aire libre y el susurro del mar que llega hasta sus camas y cabañas y que, tal véz por eso, terminaron siendo ellos los auténticos talleristas. Parece poco pero es todo, si te abrogas el placer de concluir. Gracias a los genios de Ubuntú, danza y tradición;a ese puñadito de amigos que lo hicieron posible, compartiendo su paraiso. 

Usted puede contactarnos y conocer los contenidos, para su ejecución;

Estamos dispuestos a enseñar cómo,

apilaresluzmanagement@gmail.com.

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