Luego de varios, complejos e interesantes procesos de interacción ciudadana, en los cuales hemos participado durante los últimos cinco años, puedo afirmar que el cartagenero (i) tiene mucho por contar (experiencias, anécdotas, vivencias, frustraciones) y (ii) cada vez está más cansado de hacerlo porque ante sus ojos el hecho se repite una y otra vez, como un eterno bucle que empieza, acaba y vuelve a empezar, por cuenta de investigadores, encuestadores, influencers, políticos y más.
El diagnóstico lo tenemos claro. Necesitamos soluciones, y eso implica pasar a la acción. Pero la acción que moviliza y transforma a la sociedad es la acción sinérgica, aquella que suma a todos los actores interesados en la construcción de ciudad a partir de proyectos comunes, aquella que moviliza a los ciudadanos y permite transformar la realidad.
Integrar simultáneamente a las fuerzas y sectores de la población para cimentar dinámicas colectivas, como se puede observar en nuestro presente y nuestro pasado, no es algo que se acostumbre en esta ciudad. Por eso, para comenzar a reconectar a los ciudadanos consigo y con la ciudad, propongo algunos de los elementos que pueden ayudarnos a recuperar nuestro tejido social.
La escucha es esencial para el encuentro. Sin escucha consciente, activa, verdaderamente interesada por lo que cuenta quien habla, difícilmente hay encuentro. Si nos miramos a los ojos, podría sorprendernos ver lo mucho que tenemos en común. Si escuchamos nuestras experiencias, nuestros sueños y nuestros ideales, podría sorprendernos tanta similitud: la ciudad, el ciudadano y su bien-estar.
Si nos escuchamos podemos identificar los puntos que tenemos en común y mover nuestras voluntades para una permanencia creativa que solo puede gestarse cuando el otro decide dar… ese dar que nunca es poco, en tiempo, ideas, recursos, instalaciones, trabajo, sonrisas…
Juntos, escuchándonos, intercambiando experiencias, nos corresponderá planear y aquí, donde la puerca se retuerce entera, es que debemos despojarnos de egos, ceder y conciliar. No con mis ideas; no con tus estructuras; no con las experiencias del otro, no con mis títulos académicos; no por quien soy, sino por quienes somos, con el norte que marcan las necesidades comunes de una ciudadanía que requiere de todo lo que tenemos para ofrecer, que es muchísimo.
Varias son las voces que manifiestan la necesidad de un cambio como tema urgente en la ciudad. Sin embargo, las campañas aisladas, algunas veces difusas o sectorizadas, poco pueden alcanzar. Tampoco han sido pocas las voces que manifiestan con suficientes argumentos la dicotomía de decidir sobre la ejecución de obras públicas de impacto o de políticas de desarrollo social, encontrándonos en un momento de intervención inmediata, en donde todo es importante, además de urgente. Sumar solo es juntarse, dividir implica excluir. Por eso, sumar siempre será más fácil que dividir.
Elfa Luz Mejía Mercado
Directora Laboratorio Cultura Ciudadana de Cartagena-LAB3C
labculturaciudadana@unicartagena.edu.co