JUDAS ayer y hoy ¡
Siempre en Semana Santa el mundo cristiano no solo conmemora y recrea la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo sino que junto con ello se revive un pasaje significativo alrededor del personaje que según los evangelistas vendió a Jesucristo y su causa. Ese personaje cargado de culpas y hasta odios es Judas Iscariote, uno de los doce discípulos amados por Jesús quienes tendrían el reto mayor de continuar y extender su obra por todo el mundo de ese tiempo, pero muchos son los llamados , poco los escogidos y es muy probable que, según los relatos, pudiese sentirse incómodo con esa tarea de Jesús día a día y las implicaciones de la misma en un tiempo convulsionado por los abusos y atropellos cometidos por el gobierno de turno. Para ese tiempo el liderazgo de Jesús confrontaba abiertamente el statu quo representado por el Imperio Romano y sus gobernadores junto los sumos sacerdotes de una comunidad religiosa incoherente entre el legado dejado por los patriarcas ,profetas, reyes del pueblo de Israel y la forma como actuaban con respecto a las necesidades y realidad social del pueblo hebreo.
Judas podría ser visto como ese líder en formación que ama y respeta a su mentor pero que en ese trasegar por tierras polvorientas, sin una moneda en mano, llevando solo un mensaje de amor y perdón, ve como esa gesta no solo es riesgosa sino también poco lucrativa; y es predecible entender por tanto como fue fácilmente seducido por los funcionarios del establecimiento para delatar a quien estaba promoviendo según su parecer actos subversivos en contra del orden establecido.
Finalmente Judas cedió ante las monedas ofrecidas y tan necesitadas para resolver sus asuntos. Como resultado de su acción fue fácil apresar a Jesús, hacerle un juicio amañado, condenarlo a la muerte ignominiosa en la cruz y verse expuesto en medio de tanto dolor a la humillación del pueblo que tanto amaba. Judas no pudo con su carga de culpa y se ahorca según los evangelistas y allí pareciera terminar esa parte de la historia según quienes la relataron, pero la historia de la humanidad puede dar cuenta de muchos Judas repitiendo lo que ese Iscariote hizo en su tiempo.
Son muchos los líderes y lideresas del ámbito político/social, etc. que han visto truncado su camino y liderazgo porque un Judas estuvo ahí para hacer lo mismo que hizo el que vendió a Jesús por unas monedas.
Podríamos decir que a Jesús lo condenan y lo asesinan los oligarcas corruptos, los que en ese tiempo como hoy han tenido el poder y temen perderlo, los que están arriba y no piensan en los de abajo, esos que pertenecían al establecimiento perverso de la época y hoy a una mafia política que mantiene secuestrado el país. Los Judas de hoy no son esos como a veces nos quieren hacer creer. Judas no era, rico, Judas no era oligarca, Judas no tenía poder, Judas era uno de los del pueblo, uno de los que se decían discípulos, Judas era un pobre más, un excluido más, un pisoteado más, y aun así vendió a su maestro, lo traicionó, con todo lo que eso implicó para él y su gente.
Hoy valdría la pena mirar a nuestro alrededor para ver cuántos Judas Iscariote hay por ahí en todos los proyectos alternativos de nuestro país? Judas que se arropan con las banderas de la lucha por los desposeídos, a los cuales se les han confiado ideas y sueños pero no han sabido atesorar estos hasta convertirlos en un proyecto de vida permanente cueste lo que cueste. Esos Judas venden a su propio pueblo al que conocen y de él surgieron con la misma identidad cultural y socio económica, pero como el de los evangelios se obnubilan ante el crisol y solo logran desatar profundas decepciones y desesperanza entre todos los que comparten ese sueño por una sociedad más justa.
Vale la pena hacernos esta pregunta: Cuantos de los que supuestamente dicen tener mucho amor y respeto por los excluidos y desposeídos en este país están dispuesto a ser coherentes entre lo que piensan, dicen y hacen cueste lo que cueste? Judas Iscariote no pudo. Cuantos van a terminar votando por los que condenaron a Jesús, por los que oprimen al pueblo? Cuantos traicionaran los ideales de optar y trabajar por los pobres y preferirán como Judas Iscariote un puñado de monedas, un puesto, un interés particular?.
Yo no le temo a los corruptos oligarcas que siempre nos han oprimido, le temo a los Judas Iscariote que abundan por allí y que siendo del pueblo con su incoherencia perpetúan la exclusión e injusticia social, esos sí que son peligrosos.
Carmen Anachury Díaz.
Colaboración de la Dra. Psic Lidys Ramírez Palencia.