Nos llevó el que nos trajo ¡


Es lo menos que se puede decir cuando asistimos a momentos como los de estos días en el recinto sagrado del Congreso de la Republica, donde los padres y madres de la patria en mayoría, se pasan por la faja el futuro de nuestros niños-niñas al decidir que NO tienen derecho a ser adoptados por nadie que no sea una familia tradicional trinitaria, es decir esa institución muy deseable, pero poco real que la componen mamá-papá y los hijos.
Los honorables senadores-as de este país que en mayoría votaron a favor del referendo para evitar adopciones por parte de hombres o mujeres solteras, parejas homosexuales; demostraron no solo que viven de espaldas a la realidad social de este país sino que juegan sin piedad con el bienestar de nuestros niños-as. Prefieren apostarle a sacar réditos electorales antes que obrar en consecuencia frente al mandato que los tiene sentados en esas sillas: Legislar en favor de la protección de derechos de población vulnerable, y en Colombia los niños-as si que lo son. De eso sobran evidencias indignantes.
Un país como el nuestro que tiene en mayoría hogares mono parentales y que además reconoce los derechos de la población LGBTI a conformar una familia, no solo hace el oso socialmente con semejante exabrupto, sino que se coloca en posición retardataria frente a como se configuran hoy las familias de acuerdo con las necesidades y expectativas de estilo de vida que las personas quieren para si.
Una mujer-Hombre soltero-a, una pareja homosexual, no son per se un peligro para un niño o niña que necesita ser amado-as, respetado-a por quienes puedan tener todas las condiciones socio económicas y afectivas para hacer de ese sujeto de derechos parte de su proyecto de vida de manera sustancial. Nada hay que demuestre lo contrario.
Las estadísticas del ICBF y todos los organismos del orden nacional y mundial demuestran eso si que son los progenitores de sangre los que más han cometido y siguen cometiendo toda suerte de vejámenes contra los que son supuestamente su razón de vivir y luchar en la vida. Así que lo único cierto es que nuestros-as senadores-as a fa vor de negar el derecho a una familia a los chicos que tanto necesitan de ello, actúan no solo por oportunismo electoral sino que representan la doble moral, mojigatería, extremismos religiosos ambiguos que tanto pululan hoy y que flaco favor le hacen a esta Democracia de papel.
De que le sirve a este país y sociedad legislar positivando derechos para la población vulnerable si en el imaginario de la calle y bien representada por esa pléyade de senadores-as que hacen eco de ello, sí no creemos en verdad que los niños-as de este país son sujetos de derecho? De qué sirve? De nada en la práctica. Creo que con estas y otras acciones de esos senadores-as nos dicen públicamente que esas leyes no sirven para un carajo y que hagamos lo que hagamos el fundamentalismo religioso con lo que produce electoralmente es la línea ideológica política a seguir, y que quien no vaya en la misma será candidato a persecución por razón de sus ideas y estilo de vida. Presiento que eso es lo que nos corre pierna arriba. La Inquisición del Siglo XXI se está manifestando con fuerza ideológica.
Ante la eventual aprobación de ese referendo discriminatorio y atentatorio contra el derecho al amor y una familia que tiene todo niño-a en una sociedad moderna, asistiremos a un pulso social y político muy complejo donde desde el gobierno y las instancias que velan por el bienestar de los niños-as , organizaciones no gubernamentales promotoras de derechos de la infancia ya sean del orden nacional e internacional , líderes y lideresas progresistas , proactivas en el derecho al libre desarrollo de la personalidad y en general el ciudadano-a de a pie que tiene alta sensibilidad sobre la triste realidad de niños-as abandonados , necesitados de mucho amor ,protección, más allá de un status quo revaluado por las dinámicas socio económicas de los últimos tiempos, deberá asumirse el reto de revertir tamaño contrasentido, para lo cual habrá que echar mano del peso que tienen los argumento de ley, las experiencias significativas y testimonios de quienes pueden mostrar su propia vida en un hogar mono parental o de parejas homosexuales, la pedagogía para los derechos humanos, la sensatez en el discurso y la paciencia para no dejarse provocar por los inquisidores-as , la publicidad relacionada con derecho al amor y una familia unida a la normatividad que protege los mismos, todo lo anterior llevado de manera sistemática podría actuar como estrategia positiva para abonar el terreno hacia votos que digan ahora si, NO a aquello que nos coloque en pleno siglo XXI de cara a la Santa Inquisición , con todo lo que eso implica.
Amanecerá y veremos. Ojalá no nos lleve el que nos trajo.
Carmen Anachury Díaz.
Diciembre 14 de 2016.


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