PATRIMONIO Y ESPACIO PÚBLICO
Los ingresos fundamentales de Cartagena vienen del turismo atraído por el corralito de piedra y su hermoso patrimonio de la humanidad; no obstante, poco a poco vemos como la cultura individual supera lo público y por tanto, nuestro patrimonio. Basta con recorrer las callecitas del centro para ver como el visitante, ese turista ávido de cultura, de historia, de sentirse acogido, se ve agobiado por los vendedores ambulantes que pululan y llenan los andenes y las veras de las calles, sin dejar de mencionar el acoso permanente de los vendedores de promociones - algunas incluso ilegales - de paseos en lancha, chivas, droga e incluso sexo a granel. Pareciera que la necesidad individual de algunos cartageneros prime por encima del beneficio y general y la subsistencia de todos.
La invasión desmedida del espacio público se ha vuelto una verdadera amenaza y esta tugurizando nuestra ciudad, nuestra identidad y nuestro patrimonio. Son inmensos los esfuerzos de las secretarías de la ciudad pero tan pronto sacan a algunos de un lugar, vuelven al día siguiente sin ningún recato. El egoísmo aunado a la necesidad de subsistencia de los "más necesitados" de una ciudad con los más altos índices de informalidad del país confluyen con el paulatino detrimento de nuestro centro histórico. ¿Será que podemos hacer algo? ¿Será que podemos promover una pedagogía de la conservación? ¿Será que nos podemos organizar para que todos sumemos y ganemos?
El patrimonio y la cultura son un atractivo y fuente de ingresos pero quizás estamos acabando con la gallina de los huevos de oro y con esta pauperización del espacio público lo que estamos es fomentando y atrayendo a un turismo salvaje y depredador, que irrespeta nuestra identidad y ya no le interesa la cultura - y por ende el buen comportamiento - y en vez de dejarnos contentos y satisfechos, dejan una ciudad sucia y destrozada. Creo que ya es hora de que cada uno de nosotros se apropie de Cartagena, que demostremos nuestro amor por esta aún hermosa ciudad colonial, que cada uno de nosotros nos constituyamos en voluntarios ejemplares y asumamos la responsabilidad de preservar lo nuestro. No es solo la responsabilidad de la policía y las autoridades, TODOS debemos asumir esta responsabilidad; ayudar a despejar las calles para poder ver las casas, los edificios, las plazas las callecitas, las iglesias, los parques, y los fuertes. En los colegios y las universidades deben inculcarse estos valores por lo nuestro y por su conservación para así garantizar la subsistencia de nuestro patrimonio. Promovamos cambios positivos en el comportamiento ciudadano y una cultura individual sobre lo público, tal y como lo manifestó hace unas semanas en este mismo diario Fidel García de la Escuela de Gobierno y liderazgo.
Miryam Lucia Ochoa Piedrahita
Amigos del MAMC
miryamlucia.ochoa@gmail.com
Cartagena, agosto 31, 2021
