PATRIMONIO, URBANISMO Y TURISMO


PATRIMONIO, URBANISMO Y TURISMO

Cartagena está creciendo de manera desordenada y lamentablemente prevalecen la improvisación y las ganancias por encima de cualquier otro principio, en es especial, el de proteger nuestro patrimonio. Pero lo primero que debemos considerar y comprender es ¿qué es patrimonio? La UNESCO ha puesto su acento en la comprensión del patrimonio en un sentido más amplio para asumirlo como un proceso que “suministra” a las distintas sociedades un “caudal de recursos que se heredan del pasado” y crean un nexo con el presente y el futuro. En nuestro caso en particular, hemos identificado y valorado como patrimonio cultural lugares, objetos y prácticas que nos pertenecen y que, por tanto, debemos proteger y defender. Si bien hemos asumido nuestro patrimonio como una forma de sustento económico, éste no puede ser el único criterio prevalente. Esto me lleva a hacerme otras dos preguntas: ¿qué debemos proteger y preservar, porqué y cómo? Y esta es precisamente la gran encrucijada que debemos atender pues por un lado vemos como los grandes constructores del país deciden que son más importantes sus negocios y ganancias, que preservar, recordar y salvaguardar nuestra cultura e identidad. Por ello, debemos pensar en conjunto quiénes somos y que queremos recordar y transmitir a las futuras generaciones.

Estas reflexiones también deben hacernos pensar sobre el turismo y la manera cómo ésta actividad económica debe tener lineamientos y orientaciones para que se preserve nuestra identidad, el futuro de nuestro patrimonio y las fuentes de ingreso prevalentes en Cartagena. Al igual que con la desmedidas construcciones que hoy invaden nuestro patrimonio, el turismo "salvaje" - como lo tildan en algunas ciudades europeas que comparten el título de patrimonio de la humanidad -, debe planificarse y controlarse para que su mercantilización no destruya la visión material de nuestra identidad. El patrimonio del corralito, por su ubicación, esta prioritariamente conformado por bienes muebles e inmuebles, y arquitectura en nuestro casco histórico. Sin embargo, a este atractivo inicial, se suma la oferta de playas, rumba y otras degradaciones como instancias de seducción para atraer a turistas que lamentablemente, ponen lo "cultural" en un segundo plano, dando pie además al surgimiento de la invasión del espacio publico con la informalidad de vendedores y micro ofertas de artesanías, en el mejor de lo casos, y de drogas y prostitución en la mayoría de las veces. El patrimonio y la cultura son sin duda un atractivo y una fuente importante de ingresos pero no pueden ser tratados como recursos para la explotación desmedida. Tenemos que buscar un equilibrio entre turismo, turistas, realidad económica y nuestra comunidad que genere efectos positivos para preservar y salvaguardar nuestro patrimonio.  

Miryam Lucia Ochoa Piedrahita

Amigos del MAMC

miryamlucia.ochoa@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR