Crónica de un guanabanazo


Guanabanazo. Dícese, en el caribe colombiano, de la acción y/o efecto de caer cual guanábana madura en el suelo. Entre más alta esté la fruta, más duro el guanabanazo.

Aída Merlano quizás se consideraba una guanábana especial; rosada ella por elección propia. Diga usted, ¿cuándo había visto una guanábana rosada? La noticia de estos días es el guanabanazo que se pegó tras su fuga, hoy por hoy, el más viral de la historia de la humanidad. Pero hay que ver el estoicismo que se gastó cuando se paró tras recibir semejante impacto. Caminó normal, se montó en su moto cual baracunatana y se fue. Yo me tiro de un piso tres y fijo no caigo así. Diría mi madre que por bajito me parto el huesito de la guatadera. Los médicos, por su parte, siguen buscando tal hueso en el esqueleto que reposa en la facultad de medicina de la Universidad de Cartagena.

Hasta un profesor de física se dio a la tarea de hacer los cálculos de la velocidad, la cantidad de movimiento y otras variables del guanabanazo. Dirá el profe, así vuelvo más amena la clase y hasta me sacan un cinco en el parcial.

Usando este video de la #RappiFuga estime
1) Tiempo de caida “t”.
2) Asuma una aceleración de g=9.8 m/s^2 y calcule la distancia de caida. Use y=1/2gt^2.
3) Asuma una masa de @AidaMerlano de 65 kg y un tiempo de frenado de ?t= 0.2s para estimar la fuerza que soportó en la caida. pic.twitter.com/TmLrCzn9w9

— Diego A. Torres G. (@DiegoTorres_Fis) October 2, 2019

Válido el recurso pero sepa usted profe que el que no estudió, no estudió. Pero bien puede subirle la nota al que se ría más duro con su ocurrencia. Una décima no le cae mal a nadie.

Por otra parte, según la pixelada grabación que reveló la cinematográfica fuga, el conductor de la moto aparenta ser un rappitendero. Ya bastante fregada estaba la empresa bandera de la economía naranja para que le hicieran semejante rappi-favor. Se frotan las manos algunos polémicos empresarios y políticos, hoy también presos. La vaina es que no les vaya a salir el avisito que no hay cobertura en la zona. Vale aclarar que lo cinematográfico de la fuga es porque la copiaron de una película de Cantinflas o del Gordo Benjumea.

Aída Merlano se voló mientras iba al odontólogo a hacerse un diseño de sonrisa. Muestra del privilegio del que gozan unos pocos reclusos de este país por su excelente conducta. Los otros, los que se portan mal por no tener más plata, tienen que esforzarse porque una muela picada parezca un aneurisma para intentar gozar de un permiso similar. El diseño de sonrisa, por demás, parecía una operación de corazón abierto porque los hijos de la excongresista fueron a despedirse de ella para darle el posible último adiós. Cuesta creer que no contaran con la cámara escondida que reveló toda la trama. Resultado final: el odontólogo también se fugó, la hija cargó con el muerto mientras Colombia no sabe si seguir riendo porque el guanabanazo se volvió meme o llorar porque, una vez más, se le ríen en la cara.

Foto del encabezado: Tomada de la nota "En video quedó registrada la fuga de Aída Merlano", publicada en el sitio web de El Universal https://www.eluniversal.com.co/colombia/en-video-quedo-registrada-la-fuga-de-aida-merlano-NJ1821348

SORBO FINAL: Vaya uno a saber porqué se voló la honorable parlamentaria, pero ante la duda abstente. En la historia de Colombia hemos visto métodos mucho más mafiosos para resolver un ventilador a punto de encenderse. Están tan corroídas nuestras instituciones que aún habiendo sido capturada en flagrancia, se le concede la credencial de congresista. Aún estando en la cárcel se le tiene que conceder un permiso para un procedimiento estético antes que recibir una tutela por negárselo. Más jodido es que el país tenga que pagar toda esta parafernalia cuando que debería ser normal es que quien sea corrupto, pague. Así nos va.


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