El derecho a lo obvio


Es inevitable: nos vamos a matar. Es puramente darwiniano: Un individuo tiene que dominar sobre otro. Ha pasado siempre, desde las cavernas del pasado hasta las tecnológicas de hoy; cavernas que Platón describió en su mito y que aún nos consumen. Puede que de vernos, se esté riendo el desgraciado. En fin, no tenemos salvación.

Al menos eso nos quieren hacer creer. 

Suerte que alguien se rebeló. Vaya usted a saber quién se dio cuenta que uniendo esfuerzos llegaba más lejos. Tal vez fue aquél primer neanderthal excluído de la manada por el primer ganador de la contienda evolutiva. Quiero pensar que fue él quien se inventó la palabra sinergia. Aunque para ese momento quizás era muy rústica para su gusto. Tal vez esa palabra llegó después... con la evolución.

Me jode mucho que seamos especialistas en darnos tanto palo. Alguna vez escuché que recibimos más pensamientos negativos que positivos y que la mayor parte de ellos vienen de nosotros mismos. Yo no voy a entrar en la dinámica de pintarle arcoiris y unicornios a alguien que está profundamente triste. Hoy, parece que la tristeza está prohibida y señalamos a quién la pueda sentir. ¿Qué es lo malo en sentirse mal? Reconociendo eso, también es un irrespeto banalizar un mal día o una mal momento etiquetándolo con palabras como depresión, ansiedad o bipolaridad, sin saber realmente lo que significan, en lugar de reconocerlo sencillamente como tal. Nubes grises tenemos todos, todos los días. Bogotá puede ser uno de los lugares que conozco donde más llueve pero allí también sale el sol. Y vaya que sí es bonito.

En ese huracán de negatividad que solemos regalarnos todos los días, necesitamos que nos digan lo obvio y está bien. Los telepredicadores de hoy tienen su púlpito en Youtube. Yo no los desacredito, algunos tienen historias de vida muy valientes e incluso creo que es muy valiente el hecho de despertar un día y contarle tu historia a todo el mundo y que no te escampen insultos y envidias. Frases como "todo va a estar bien", "todo va a pasar", "ten calma", etc. son soluciones que están a la mano del que sufre pero que por ese sufrimiento no ve. Va a ser cierto que el dolor es necesario pero el sufrimiento es opcional. Serán obvias, triviales. Pero no por ello dejarán de ser ciertas. Puede que sea absurdo pagar porque nos digan lo que ya sabemos pero dime tú, ¿estando ciego no pagarías por que te devuelvan la vista?

Si está en su poder, diga lo obvio porque tal vez esa persona que está pasando un mal rato necesita que se lo digan. Escuche, empatice y, ¿por qué no?, abrace.

Bien lo dijo una de mis maestras de vida recientemente: Lo que es tocado por el fuego no vuelve a ser lo mismo... 

Foto del encabezado: "Sad", de Loren Kerns https://flic.kr/p/hxicML

SORBO FINAL: Leí un trino de la periodista Ana María Cuesta y no pude estar más de acuerdo. En elecciones todo el mundo se rasga las vestiduras por la corrupción y nadie dice nombres. Octubre más que tiempo electoral parece un concurso de verseadores. Ya da pereza.


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