La discordia del mote de queso


Si quiere ver dos cachacos peleando, póngalos a hablar de Millos y Santafe. Igual pasará en Cali o en Medellín con sus respectivos verdes y rojos.
En el Caribe colombiano, contando excepciones, difícilmente habrá confrontación a nivel futbolístico pues desde Punta Gallinas hasta San Pablo predomina el rojiblanco. Sin embargo, pocos motivos hay de discusión entre costeños como la preparación del mote de queso.

Un plato ya notorio en su preparación pues para muchos, fuera del norte de Colombia, será difícil imaginarse una sopa que tenga queso y que aparte le digan mote. Y sí, es tan nuestro que se pide y se sirve con tanto gusto en Santa Marta como en Sahagún. Aunque más o menos se tiene detectado su origen en las sabanas de Sucre y Córdoba, todavía allí en esos dos departamentos pedir un mote de queso es atreverse a vivir experiencias diferentes. En tierras cordobesas se le adiciona bleo, una planta cuyas hojas aromatizan el ya particular potaje que difícilmente será agregado en un mote que se prepare en Cartagena a menos que se tenga una abuela que sea de Moñitos o el tío de Cereté lo haya mandado a traer.

Pese a ello, en esta región no hay acuerdo en los elementos que van a la olla: que si lleva, o no, tomate. Que si lleva pimentón. Los hay necios, dirán otros, que le incorporan ají dulce. Por supuesto que a gusto de quien lo prepara, su receta es la que vale pero los puristas de la cocina se rasgarán las vestiduras al ver -incluso probar- un componente extraño que corrompa la blanca pureza que desprenden el ñame y el queso espeseados en un plato hondo. Con ese conflicto sobre lo que va y lo que no, se levanta bandera blanca y se llega a un consenso: se sirve espeso; si no lo está, ni es mote ni es ná.

Pero es una pelea nuestra. Los costeños no admitimos versiones más extrañas que las que se cuecen en nuestras estufas. Recientemente, una famosa cadena de restaurantes osó ofrecerlo en su menú bajo el peculiar nombre de fondué costeño. Otra célebre marca galletera se arriesgó al ofrecer su versión de la receta a base de galletas de soda. De más está decir que en ambos casos se tocó la trompeta de retirada después que una masa enardecida e indignada de costeños, a punta de letales bayonetas en forma de comentarios en redes sociales, gritara guerra tras ver mancillado uno de sus mayores tesoros gastronómicos.

FONDUE COSTEÑO ???

Ula la la, señor Francés.

Se dice MOTE DE QUESO ¡Nojoda!

¿Que esa vaina dizque cebollita roja? Cebolla Roja.

¿Estás viendo tú esa vaina?

Yo no sé dónde será este restaurante, pero si alguien sabe que vaya y le diga que esto es una falta de respeto. pic.twitter.com/vKlSPoxvDa

— Primo E'Costa ? (@PrimoECosta1) October 20, 2018

En definitivas es un plato tan costeño como el mar Caribe, lo reclamamos como propio pero sólo nosotros sabemos cómo hacerlo aunque un bolivarense, un sucreño, un cordobés o un atlanticense no den para hacerlo de la misma manera. Adiós, extraños. La cocción, sus ingredientes, su consistencia y su sabor son asunto interno. Yo, melindroso en cambio, siempre elegiré el de mi hogar. Ya tengo suficientes traumas con la cebolla como para arriesgarme a sentirle un extraño sabor.
¡Mamá! ¿me pasas el suero por favor?

* Foto del encabezado tomada de Colombia.com: https://www.colombia.com/gastronomia/asi-sabe-colombia/sopas/sdi140/141499/mote-de-queso

SORBO FINAL: Los reggaetoneros de Puerto Rico, indignados por tanta corrupción, movilizaron a su público y al resto de boricuas a exigir la renuncia del gobernador de la isla. Los artistas colombianos tocan guitarra y se sacan foto con cuanto político haya. No quiero ser puertorriqueño porque soy colombiano, viendo las diferencias, pero me dan ganas de comerme la erre y transformarla en ele. Aunque puede que sea más bacano irme a ver ballenas porque... #SePuede. ¿No?


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