Vive la vida
como la debes vivir
y nunca intentes subir
donde no puedes subir
–Sin rumbo alguno. Ramon Castro.
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Tengo motivos para desdeñar los finales de mes. Época donde todos los esfuerzos se aúnan desenfrenadamente para concluir el ejercicio financiero de una organización y muchas personas se esfuman bajo el pretexto más poderoso que la vida laboral te pueda regalar: "estoy en cierre".
Tengo amigos que se pierden en los cierres. Contadores, abogados, administradores... He pensado recatalogar a mis amistades en función de sus profesiones pero he desistido al no considerarme una persona interesada. Pero vaya que los extraño. Para mi infortunio, estos tiempos crueles de redes sociales te bombardean de soledad cuando el saludito afectuoso -"Ajá mk, ya como estás en cierre te olvidaste de mi, ah?"- tiene como respuesta el vacío. La popular dejada en visto. A veces persiste la respuesta así te pongas más afectuoso.
Ha de ser que mis obligaciones, hasta hoy, han estado alejadas de dichos corre-corres. Puede ser eso. O puede ser que ya le haya bajado a mis revoluciones. El barrio de los acostados está lleno de imprescindibles que alguna vez corrieron como yo. A veces, el Universo te manda a parar de formas que no esperas y estamos acostumbrados a exigirle el porqué y no a interiorizar un siempre necesario para qué.
Este mensaje va como un pase de James: cortica y al pie. Para mis amigos que viven en constante cierre: bájenle al pedal. La vida pasa y los recuerdos quedan. Si usted, querido lector, tiene un amigo en igual condición que los míos, léale este texto y acompañelo con un cafecito. Siempre habrá momento para conversar pues así es también la vida; te da momento para todo, incluso para cerrarla.
Ahora, si cree que su amigo se va a indisponer, nunca está de más llevar torta para acompañar...
SORBO FINAL: En un bosque de la China, un presidente se perdió. Luego volvió y cantó rock. ¡Ay, sí! Mucha vaina porque el presi viaja, ¿acaso él no se puede dar un champús? Como dicen los pelaos: LOL.
