Sobre el periodismo


Una persona cuya vocación sea tomar la palabra como bandera y hacerla su arma contra los que pretenden acallar la verdad -o los hechos, dada la relatividad de la palabra- merece todo el reconocimiento, aún más si ejerce su labor en uno de los países donde más se persigue a este gran oficio como es el nuestro.

Al 'colombiano universal', Antonio Nariño, le tocó refugiarse en un pseudónimo y en la palabra para denunciar la injusticias de su tiempo. 'La Bagatela' fue su guarida y su coraza, su caballo de batalla. Desde allí, Nariño buscó la verdad, la publicó y aún mejor, inspiró a muchos colombianos a luchar por su patria. Por un país libre y soberano. Aunque Nariño no estudió periodismo, hizo de su vocación un arte y lo empleó para soportar la causa de la independencia. Nariño destrozó, por vez primera, el mito de la aulas: el periodista no se hace en un salón de clase. Se hace en la calle, en la plaza, observando, anotando, denunciando y publicando.

Soledad Gallego Díez, una reconocida periodista española, lo confirma mencionando en una entrevista que el periodismo "se convirtió en carrera universitaria porque los periodistas teníamos complejo de no ser universitarios. Y como queríamos ser universitarios…" (http://www.jotdown.es/2012/03/soledad-gallego-diaz-el-pais-no-es-un-periodico-de-izquierdas-nunca-lo-ha-sido-y-nunca-ha-pretendido-serlo/)

No obstante, como en toda profesión, siempre habrá alguien con la ética extraviada y con sus publicaciones u obras empañará el oficio. Ante ello, alarmas y banderas encendidas. La cura sigue siendo el denuncio y la publicación.

Hoy, con el paso del tiempo ya no sólo corren ríos de tinta: hay caudales de bytes. La información está al alcance de la mano de cualquier persona que adolecemos de sobreinformación. Hay demasiado y doquiera se mire. Los medios tradicionales se valen de las nuevas tecnologías para ser el primero en publicar una determinada noticia. Sin embargo, se obvia la responsabilidad y en ocasiones se falta a la verdad que es al fin y al cabo la razón de ser de quien se dedica al periodismo.

Mis votos por más y mejores periodistas, sean de aula o de plaza. Que nadie se atreva a silenciarles. Son la voz de la democracia. Mis respetos a todos los caídos en su arte y enhorabuena a todos los periodistas pues la verdad nos hace libres.

SORBO FINAL: Me permito traer una reflexión de Diana Montoya, periodista de Caracol Radio, respecto de esta gran profesión y nuestros tiempos:
"Tener una opinión no te hace columnista; hablar por un micrófono no es lo mismo que hacer radio; tener twitter no te convierte en periodista." (https://twitter.com/dianaeme/status/329012427339489281)
Para pensar y reflexionar...

Ángela, Lina, Juan, Karina: Va por ustedes!


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