El detrás de "Las bocas del silencio": la historia (I)


Aunque pueda parecerlo, mi libro Las bocas del silencio no es, ni pretende ser, una novela histórica. Es mera ficción en un entorno que cabalga —¿cómo evitarlo?— sobre eventos y personajes históricos. La historia está ahí, como telón de fondo que da perspectiva y sentido a la ficción, pero no la reemplaza. Mi deseo al escribir este relato fue mezclar “dosis” apropiadas de aventuras, romance, crimen, erotismo e historia, de manera que resultara un texto legible y disfrutable, sin ínfulas académicas.

Extremadura en América: la primera oleada

El primer personaje, abuelo del narrador, nacido en Trujillo, en Extremadura, siente el llamado de las Indias por intermedio de su paisano, el conquistador Francisco Pizarro. Las hazañas de Pizarro, unidas a las de otros dos extremeños —Francisco de Orellana y Ñuflo de Chaves—, excitan la imaginación del abuelo, que ve la oportunidad de romper con su miserable destino partiendo hacia las Indias. Son personas y momentos distintos, pero comparten la misma motivación: matar la pobreza de sus orígenes con el oro y la plata americana.

Los dos nombres más importantes de la Conquista, Cortés y Pizarro, son extremeños. Junto a ellos vinieron otros apellidos, menos famosos, pero igualmente originarios de esa tierra, una de las regiones más pobres de España. Resulta inconcebible que jóvenes despiertos no soñaran con aventuras y riquezas cuando de su tierra habían surgido leyendas como Hernán Cortés, nacido en la otra Medellín, la de Badajoz, conquistador del imperio mexica; Francisco Pizarro, de Trujillo, conquistador del imperio inca; Vasco Núñez de Balboa, de Jerez de los Caballeros, el primer europeo en avistar el océano Pacífico desde América; Pedro de Valdivia, de Villanueva de la Serena, conquistador de Chile; Hernando de Soto, también de Jerez de los Caballeros, conquistador del sureste de lo que hoy son los Estados Unidos; Francisco de Orellana, trujillano, “descubridor” del río Amazonas; y el de nombre curioso, Ñuflo de Chaves, también trujillano, fundador de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

Segunda oleada: los indianos

A todas las leyendas anteriores se unieron, en los siglos XVII y XVIII, los llamados “indianos”: españoles de diversas regiones, especialmente del norte, que cruzaron el Atlántico para “hacer la América”, retornando a su tierra forrados en la plata americana que invirtieron en construir palacetes, escuelas, hospitales e iglesias que les dieron fama a nivel nacional. Aunque menos numerosos y conocidos que los provenientes de Asturias, Cantabria, Galicia y el País Vasco, también hubo indianos extremeños que alcanzaron fama local, influyendo en la decisión del abuelo de abandonar su Trujillo natal en busca de su destino.

Nota: Las bocas del silencio, editado por Yarumo Libros, saldrá al público a finales del próximo mes de octubre.