Esta frase contundente del periodista Mauricio Rodríguez Múnera la trajo a colación Iliana Restrepo a raíz de mi última charla en una Cena con historia sobre los grandes sueños irrealizados de nuestro país en el siglo XIX. Y tiene razón Mauricio: lo que son sueños no nos han faltado, concretarlos para beneficio de todos los ciudadanos de este país ha sido nuestro problema desde ese primer gran sueño de Colombia del precursor caraqueño Francisco Miranda. En mi charla hablo de manera extensa de tres de esos sueños, aquí los ampliaré a siete, pero de manera breve y concisa:
El primero fue la Colombia soñada por Miranda, que se iniciaba en el norte de California y llegaba al Cabo de Hornos, un grande y extenso país que sería gobernado por dos incas y cuya capital sería la ciudad de Panamá. No se realizó, pero nos quedaron el nombre y la bandera tricolor.
Vino después, más constreñida, la gran Colombia de Bolívar, que Integró a la Nueva Granada, Venezuela, Panamá y Ecuador. Ese país, grande y muy respetado, duró apenas diez años antes de disolverse por ambiciones pequeñas y parroquiales.
En la tercera década del siglo XIX, el sueño fue darles la libertad a otras colonias de España con la fuerza del ejército y la marina de Colombia, sueño que se realizó parcialmente con la independencia de Perú y Bolivia. Otras dos regiones, las islas de Cuba y Puerto Rico, que se pretendieron liberar en alianza con México, siguieron bajo dominio español hasta finales del siglo XIX. De hecho, Puerto Rico, que debía ser liberado por una fuerza anfibia colombiana comandada por los generales Páez y Padilla, nunca ha sido un país independiente.
Un cuarto sueño fue el canal interoceánico colombiano, que intentamos construir con el francés Lesseps. Las obras se iniciaron, pero todo quedó en nada. El otro, el del Atrato, sigue rondando las cabezas de muchos sin concretarse. Separada Panamá de Colombia en 1903, los gringos construyeron lo que nosotros no pudimos.
En 1902, un ingeniero de nombre Luciano Battle tuvo la idea original de construir el túnel de La Línea para atravesar la cordillera Central, idea que solo necesitó de un siglo más 18 años para hacerse realidad. Las acabativas, cuando ocurren, lo hacen de manera bien lentífera.
Al contrario del túnel de la Línea, todo indica que el Metro de Bogotá no tomará 100 años en construir su primera línea, apenas… así las obras estén en marcha no se sabe bien cuantos. Lo cierto es que han pasado 82 años desde que el alcalde Sanz de Santamaría presentó la primera propuesta.
En el año de 1974 la FIFA otorgó a Colombia, gracias a la gestión liderada por Alfonso Senior, la realización del Mundial de Fútbol de 1986. Ninguno de los gobiernos de la época hizo nada por adelantar las obras necesarias, hasta que finalmente Belisario Betancur mató el sueño con estas palabras: “Aquí tenemos muchas otras cosas que hacer y no hay ni siquiera tiempo para atender las extravagancias de FIFA y sus socios.” La verdad es que no hicimos el Mundial, ni tampoco las “muchas otras cosas”.
A pesar de ser una lista apabullante es incompleta, lo que no significa que debemos dejar de soñar. Por el contrario, es el momento de empezar a realizar los sueños de ser un país grande, a la altura de sus recursos y de sus talentos.