2001 Una Odisea del Espacio de Arthur C. Clarke

Perspectivas en un mundo cambiante


En un mundo tan cambiante como el nuestro, las perspectivas desde donde observamos distintos hechos y eventos se van modificando con una rapidez inusitada, lo que obliga, o debe obligar, a detener la marcha mental un momento para revisar los conceptos que tenemos sobre ese mundo. La velocidad y profundidad de esos cambios las detalló muy bien el científico y autor de novelas de ciencia ficción, Arthur C. Clarke, en el prólogo inicial a su novela 2001 Una Odisea Espacial:

“Entre la primera y la última década del siglo XX se abrió un abismo mayor del que la imaginación más descabellada hubiera podido concebir. Era el abismo entre la pólvora y la bomba nuclear, entre los mensajes transmitidos en código Morse y la televisión global desde el cielo, entre la reina Victoria, emperatriz de la India, y Kwame Chaka, presidente supremo de la Federación Africana. Pero, sobre todo, era el abismo entre el primer vuelo de cien pies en Kitty Hawk y la primera misión de mil millones de millas a las lunas de Júpiter. Todas estas cosas, con siglos de diferencia en términos culturales, se dieron en el lapso de ese increíble siglo.”

La novela, publicada en el año de 1968, no incluyó este prólogo que nos muestra cómo, en unos pocos años, el mundo cambia de manera radical volviendo obsoletos muchos de los conceptos y de las ideas que se tenían del mismo. 

Hay muchas personas y organizaciones que se aferran a su visión sin darse cuenta de los cambios que tanto el mundo, como su entorno, han sufrido. En una visita a la famosa “Casa Verde” de las FARC, mi mujer me cuenta que en un momento el radio multibanda usado por Manuel Marulanda Vélez “Tirofijo” se detuvo en una emisora donde sonaba “Yesterday” de Los Beatles, a lo que reaccionó el líder guerrillero diciendo: “Cuando triunfe nuestra revolución sólo pasillos y bambucos”. De alguna manera el abismo musical se había abierto sin que Tirofijo se diera cuenta, y el mundo sonaba a rock, a baladas, a vallenatos, a boleros y a mil ritmos más, que todos queremos oír sin limitaciones impuestas por realismos socialistas o de otro tipo en música, en arte, en literatura, en ciencias, en política, etc., etc.

Muchas personas se enorgullecen de que nunca han cambiado su perspectiva en temas políticos, ideológicos, culturales o científicos, sin darse cuenta que estos se van renovando con las transformaciones que nosotros mismos y nuestro entorno van sufriendo. Estas perspectivas pueden variar, los que no se deben modificar son nuestros principios: respeto, equidad, integridad, solidaridad, para nombrar algunos. Estos últimos deben permanecer incólumes y acompañarnos en todos los cambios. Desafortunadamente, lo que sucede en muchos casos es que son esos principios los que abandonamos rápidamente cuando abrazamos una nueva ideología, partido político o causa. En ese momento, como por arte de magia o de birlibirloque, todo vale sin que nuestra conciencia se sonroje. 


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