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Hace semana y media encontré extraviada una perrita french. Me di cuenta de su situación porque venía arrastrando la lengua, cojeando y con la piel roja por la insolación. La tome inmediatamente entre mis brazos y ella se dejó llevar sin resistencia.
Desde entonces está conmigo. Me ha hecho mas grata la vida en el Arca de los Sueños, que es como llamo a mi pequeño apartamento. Me la ha complicado también, por supuesto. Solía almorzar y cenar donde me cogiera la hora. Despertarme y dormirme cuando me agarrara el sueño. Ahora debo madrugar para sacarla al parque y estar a medio día para hacerle el almuerzo.
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Lo mejor es que terminó de acabar con mi inexistente (de por si) vida social lo cual es perfecto. Así que bueno,donde come una comen dos, y ahí le vamos
Mi amor por los animales me ha causado millones de problemas. Desde la incomprensión hasta la franca agresividad de personas de las que lo menos que uno esperaría seria un mínimo de solidaridad.
De las actitudes mas desagradables que recuerdo especialmente, está la de una poeta amiga, quien con un evidente mohín de asco y rechazo me dijo: "¿Porque ayudas perros? ¿Tu prefieres los perros a los niños?".
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Podría haberle respondido que si, pues solo en Cartagena existen mas de 200 ONG's que trabajan por los niños con dineros oficiales y privados (falta ver cuanto invierten en los niños y cuanto se roban), y que existe al mismo tiempo una entidad como la Fundación Rescate de Animales Desamparados, de la cual hago parte, que no tiene un solo peso, que trabaja con las uñas sangrantes y siempre al límite de las fuerzas.
Podría haberle respondido que los niños tienen leyes de su lado, comisarías de familia, juzgados y policías; y que los animalitos no tienen ni un Dios que se ocupe de ellos. Porque ese Dios que nos enseñaron, fue tan negligente, o tan tonto, o tan ingenuo (¿O no es qué lo sabe todo?) que le entregó un paraíso entero a esta especie humana malvada de la que formamos parte.
Si, siempre he pensado que la culpa de todo la tiene el antiguo testamento, pues nos dio total impunidad para destruir a las demás especies sin cargos de conciencia. "Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra" Génesis Cap 1, ver 28.
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Existe otra frase del génesis que me produce un profundo terror: "Y Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza" Cap1 ver 26.
Si el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, o sea, si Dios es como nosotros ¿Qué esperanza tenemos?.
Sukio Mahicari, corriente espiritual de origen japonés, sostiene que el dolor que el hombre le ha causado a los animales, ha desatado una gigantesca energía de odio y rencor del planeta entero en respuesta. Los animales no tendrían un alma individual como nosotros, sino colectiva, y ese espíritu o manitú animal está clamando venganza contra la especie humana. Muchas de las enfermedades y tragedias naturales que aquejan al hombre en la actualidad serían causadas entonces por esta energía.
Pues yo no sé como funciona el universo (ya me gustaría entender por lo menos y para empezar, los misterios de mi propio y terco corazón).
Pero sé que los animales son mis hermanos. Que su dolor es mi dolor, que su suerte es mi responsabilidad. Aún cuando eso signifique soportar la burla, la maledicencia y la mirada de sospecha de quienes no lo entienden. Sobre todo cuando sabes que son esas personas precisamente, las que nunca han movido un dedo para ayudar a nadie.
Que sus obras benéficas no son más que una excusa para aparecer retratados en la página social.
Que aunque se llaman cristianos y les sobra el dinero nunca invitarán a un niño de la calle, o a un simple ser necesitado y hambriento a comer a su mesa.
Ellos no se atrasarán jamás en la cuota del Club Social, para con ese dinero darle educación y medicinas a los millones de desgraciados que han nacido no sé para qué (lo siento, no soy Dios para saberlo, pese a estar hecha a su imagen y semejanza).
Marguerite Yourcenar, autora de Memorias de Adriano y miembro de la Academia Francesa de la Lengua, declaró en el libro Con Los Ojos Abiertos, extensa entrevista con el periodista Matthieu Galey:
"Me digo con frecuencia que si no hubiéramos aceptado, durante milenios, ver indiferentes la agonía de los animales asfixiándose en los vagones jaula, o quebrarse las patas, como les
ocurre a tantas vacas o caballos, enviados enseguida al matadero en condiciones absolutamente crueles e inhumanas, nadie, ni siquiera los soldados encargados de escoltarlos, hubiera podido soportar la imagen de los vagones nazis atestados de personas que en número superior a los ocho millones, fueron enviados como corderitos a una muerte atroz".
"Si fuéramos capaces de escuchar y estremecernos ante los aullidos de dolor de los animales cazados en una trampa (siempre por sus pieles) y royéndose las patas con sus propios dientes para poder escapar, se nos afinaría el oído para escuchar el dolor de nuestra propia especie".
"Me parece atroz tener que pensar cada año, hacia el fin del invierno, en el momento en que las focas paren en los bancos de hielo, que ese gran trabajo natural, se cumple en provecho de inmediatas masacres (como se sabe, los bebes son desollados vivos ante la impotencia aterrada de sus madres)."
"No puedo alimentar a las tórtolas en mi bosque sin dejar de pensar que sesenta millones de ellas caerán este otoño por los disparos de los cazadores, que lo hacen solo por diversion. Se debe limitar la "proliferación de las especies", como dice la gente que nunca piensa en limitar la propia".
"Además, está siempre ese aspecto tan conmovedor para mí, del animal que no posee nada, salvo su propia vida, que con tanta frecuencia le arrebatamos sin ningun motivo, por simple placer".
"Amo esa inmensa libertad del animal, viviendo sin más su propia vida, con alegria y simpleza, disfrutando su realidad de ser, libre de todo lo falso y lo estupido que los seres humanos le agregamos a nuestra vida. Es por eso que el sufrimiento de los animales me conmueve hasta tal punto, al igual que el sufrimiento de los niños: veo el horror de arrastrar en nuestra locura a seres que son totalmente inocentes".
"Cuando tenemos momentos difíciles, podemos decirnos que contamos con nuestra inteligencia para salir del paso, y hasta cierto punto, que somos responsables de lo que nos ocurre pero responder con brutalidad a la total inocencia del niño o del animal, que no comprende lo que le ocurre, es siempre un crimen odioso".
Una persona que no ama los animales, que los rechaza, que tolera su dolor y que apoya barbaridades como la tauromaquia o las peleas de gallo o de perros, no merece la menor confianza para mi, no puede hacer parte de mi vida.
Pero al final no se está solo, siempre aparece un ángel, una mano tendida. Como el hombre desconocido que me ayudó una noche a cargar una perra que encontré atropellada más de 30 cuadras hasta la clínica veterinaria donde me la recibieron gratis.
Aquel regala una cobija o una medicina, este otro permite que el animalito se quede en su patio protegido y calentito, mientras se recupera de las heridas.
En la fundación hemos perdido muchas criaturas por falta de recursos basicos, otras se han salvado gracias a este tipo de ayuda. En total han pasado de 1997 a la fecha mas de 3000 animales atendidos gratuitamente.
En cuanto a Bebé (la french que encontré hace semana y media) el veterinario me ha dicho que parece que tiene cáncer. Presenta un aspecto saludable, ánimo y apetito pero una serie de protuberancias en su cuerpo le dieron al médico la clave para sospecharlo.
Me debato ahora entre ponerla a dormir y ahorrarle el sufrimiento, o darle un compás de espera a la vida. O esperar un milagro de ese buen Dios que me la trajo, de ese que me mira profundamente desde sus hermosos, dulces y esperanzados ojos, de ese buen Dios que nada tiene que ver (lo sé muy bien) con la Biblia, el Corán o el Talmud o el Bagavat Gita.
No, no sé como funciona el universo, tampoco entiendo la dureza, vanidad y mezquindad de tantos corazones.
Sé que el Dios que me enseñaron (que me impusieron) en la escuela y en la casa, es una construcción político antropológica diseñada para sojuzgar las masas bajo la amenaza del infierno.
Pienso sin embargo, que aunque ese Dios no exista, aunque no seremos condenados al infierno ni salvados en un paraiso de virgenes y rios de miel, es preciso aprender (intentar al menos) a hacer lo correcto.
Eva Durán
Para mayor información sobre la Fundación de Animales Desamparados de Cartagena, podeís llamar al (5) 6560170.