En la muerte de Alfonso Cano


En medio de el comprensible jolgorio y celebración por la muerte de Alfonso Cano, les recuerdo que mientras exista hambre, desigualdad, corrupción, madres prostituyendose para alimentar a sus hijos, niños prostituyendose para ayudar en su casa; mientras más de la mitad de la población sea una inmensa masa de criaturas desesperadas y atrapadas que malviven, sobreviven, subsisten como animales contemplando el morboso, patológico espectaculo de ego y vanidad de los ricos...

Siempre existirán razones para que adolescentes desorientados y sin expectativas de futuro ingresen a la guerrilla, la delincuencia o la mafia de las drogas.

Desmantelada las Farc, como todos esperamos que finalmente ocurra, con seguridad surgirán nuevas guerrillas, con otros nombres, otros objetivos.

La paz social no se consigue a balazos, a menos que lo que se quiera conseguir sea la paz del cementerio.

La paz social se consigue solo con una política central fuerte que garantice la dignidad humana, la igualdad de oportunidades, y esto se puede hacer desde la democracia: salud básica para todos, educación para todos, libre acceso a la cultura y el arte, subsidios, apoyo para el pequeño campesino, reforma agraria.

Si otros paises lo han logrado, sin necesidad de una guerra civil...

Por qué no puede lograrlo también Colombia???

Si queremos evitar que surgan nuevos Tirofijos, nuevos Alfonso Cano demosle entonces a esta generación la opción de la esperanza, de llevar una existencia digna, desde la educación, desde el respeto.

Juan Manuel Santos esta muy interesado en pasar a la historia como un presidente heróico, entonces esta es la tarea que tiene entre sus manos.

Los colombianos queremos y esperamos de él algo más que sangre derramada y superlativos titulares de prensa.

Eva Durán


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