A Juan le tocó llorar en las fiestas de noviembre


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Desde el día en que el alcalde Manolo Duque dijo que estas serían las mejores Fiestas de la Independencia en la historia, Juan se emocionó.

Que por primera vez un Desfile Acuático exclusivamente con las reinas populares bailando al ritmo de dos de los picós más reconocidos de la ciudad; que un Bando de Independencia por la Avenida Santander con la presencia de la Reina del Carnaval de Barranquilla y todo el combo carnestoléndico de la Arenosa; que El Rey de los Pueblos, Farid Ortiz, gratis en Blas de Lezo; la salsa de Raulín Rosendo al gratín en El Campestre; que el vallenato de Peter Manjarrés en una Noche de Fantasía y en otra noche, en Canapote, Isaac Delgado; ni hablar de la gran presentación de los artistas que metieron en el estadio de sóftbol de Chiquinquirá para la coronación de las nueva reina de los cartageneros.

Estos y un montón de eventos más, pese al retraso en uno que otro, tienen a la gente contenta. “Manolo cumplió”, dijo un tipo canoso que escuchaba a la Charanga África en el Parque del Centenario. Y Juan estaba listo para todo ese jolgorio, estaba listo para ir al bando, pero la noche anterior, no fue un buscapié, un tiro que escuchó, le apagó la fiesta.

Juan ya había ido al bandito de Los Calamares, donde luego de terminar el desfile de comparsas y carrozas, le tocó salir corriendo porque de repente, llegaron los miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios tirando gases lacrimógenos para acabar la fiesta. “Imagínate, hasta al Lancero de las Fiestas de la Independencia le tocó correr con su familia porque los del Esmad sorprendieron con esos gases sin previo aviso”, recuerda Juan. http://www.eluniversal.com.co/cartagena/con-gases-lacrimogenos-termino-bandito-de-los-calamares-239423

Al día siguiente, el 6 de noviembre, Juan seguía modo fiestas. Se fue para el bandito de Torices. Caminó al ritmo de tambores, gaitas, champeta y buscapié, desde el parque Espíritu del Manglar, en Chambacú, hasta la calle 41 de Torices. En el recorrido, hasta se hizo selfie con el Alcalde de Cartagena. “Hasta espuma le eché, la verdad él (Manolo) estaba metido en su cuento y no le molestó”, narra Juan.

Pero el cuento de Juan en las fiestas de noviembre se iba a acabar un día antes del gran Bando de Independencia por la Avenida Santander.

Ese 10 de noviembre, casi a las 9 de la noche, lo llamaron varios amigos que estaban tomando en el barrio La Troncal. “Era una especie de bandito, lo cierto es que había varios carros con música, eso era por la calle que da bajando por el negocio de carnes que está en la esquina”.
A esa fiesta llegó su amigo Guillermo Andrés Rodríguez Periñán, un joven de 20 años, estudiante en el Tecnológico Comfenalco, donde cursaba cuarto semestre de gestión de negocios internacionales.

“Cuando lo vi le di un abrazo, hablamos un rato pero la verdad, yo después me quedé un poquito retirado de donde él estaba, porque él estaba con sus amigos de la U y yo con unos primos de por la casa”, cuenta Juan.
La distancia entre Juan y Guille (como le decía de cariño) no era mucha, tanto así que Juan escuchó el balazo mortal. Eran cerca de las 11:30 de la noche cuando llegaron varios policías, al parecer, pidiéndole a la gente que se retirara.

Una lluvia de botellas inundó el lugar. Juan no sabía para dónde correr, se escondió detrás de un carro para no salir afectado. “Me dio uno de suéter negro, fue el de suéter negro”, le escuchó Juan a un policía que se quejaba de haber sido impactado por una botella.

Juan comenta que afortunadamente él iba vestido con camisa roja, de lo contrario, no sabe si me estaría echando este cuento. “Yo vi cuando cogieron a uno de suéter negro por el cuello pero empezó a gritar que no había sido él y lo soltaron”. Al rato, los tiritos festivos se confundieron con los balazos de verdad verdad.

Cerca de unas rejas estaba tendido Guille, convulsionando, con un tiro en el pulmón que manchaba de sangre su suéter negro. Como pudieron lo subieron a una camioneta, lo llevaron a la Clínica Blas de Lezo pero… la fiesta, sus sueños, su vida… todo terminó minutos antes del Día de la Independencia.

El sábado 12 de noviembre, a las 4 de la tarde, fue el sepelio en el Cementerio Jardines de Cartagena. El llanto se confundía con el eco de la música y los “tiritos” que lanzaban en algún barrio cercano al camposanto. Juan podía sentir, a menos de 12 pasos, la tristeza de doña Nelsy Periñán, la madre de Guille. “Me dio un dolor ver a esa señora, era su único hijo, ella sola lo sacó adelante en el barrio Bruselas”. La noche del hecho, relata Juan, a Nelsy la despertaron varios muchacho, ella no creía. En la clínica recibió la mala noticia. A su lado, un par de uniformados que según ella, no se atrevían a mirarla a los ojos.

En el último adiós había más de 500 personas, todos con excelentes referencias de Guille. “Guille no era de pelea, para mí que lo confundieron, así como cayó él pudo caer otro de suéter negro, por eso esta muerte no debe quedar impune”, finaliza Juan, para quien estas fiestas, quedaron en la historia.

QEPD
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En la noticia que dio El Universal sobre la muerte de Guille (http://www.eluniversal.com.co/sucesos/investigan-muerte-de-joven-baleado-cuando-policias-controlaban-desmanes-239886) no hay una fuente oficial de la Policía que responda por este hecho.

No es un secreto que las muertes por intolerancia, han sobrepasado la cifra de las víctimas mortales por accidente de tránsito y sicariato en los últimos meses en Cartagena. No es un secreto tampoco que han aumentado las riñas cuando la policía va a controlar alguna fiesta. Muchas veces porque los dueños de la fiesta no quieren apagar el equipo de sonido (o picó, o lo que sea que suene); o simplemente por abuso de autoridad, como lo han denunciado varios heridos que salen en la prensa.

Solo media hora antes que mataran a Guille en La Troncal, en el barrio San José de los Campanos reportaban que un menor de 11 años de edad, recibía una bala perdida en la cabeza, se cree también que fue un policía (http://www.eluniversal.com.co/sucesos/grave-nino-de-11-anos-que-recibio-bala-perdida-en-san-jose-los-campanos-239888).

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“Importante resaltar el comportamiento de nuestra comunidad cartagenera con motivo de la celebración de las Fiestas de Independencia…”, estas fueron las primeras palabras del Comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, general Carlos Rodríguez, al dar el informe completo de seguridad de las Fiestas.
“De 600 casos de riñas en el 2015, se disminuyó a 333 casos de riñas atendidas por la Policía”, añade.
“Infortunadamente tuvimos 3 casos de homicidios. 2 en caso de riña y un caso de violencia intrafamiliar, donde el esposo asesina a su señora. De estos 3 casos tenemos dos capturados que ya tienen medida de aseguramiento en centro penitenciario. Hubo una reducción del 57% en homicidios. Cifra histórica, desde el año 2010”, añade el general.

Es cierto, la sensación que hay en la ciudad es que en estas fiestas el comportamiento fue mucho mejor que en años anteriores. Pero también es cierto que la familia de Guille quiere saber quién lo mató, y que la cifra de capturados por los tres homicidios que hubo en fiestas, sean 3 y no 2.

"Guille, siempre te recordaremos", tu amigo, Juan.


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