Cielito lindo, cuida ese lunar


Desde varios años se viene promocionando por los medios de comunicación, con mayor frecuencia en internet, productos para eliminar “lunares y verrugas”. Antes de referirnos al potencial, y en ocasiones obvio riesgo de utilizar dichos productos, es importante tener clara la diferencia entre lunar, verruga y fibroma, ya que frecuentemente se piensa que son lo mismo.

Los lunares, cuyo nombre médico real es nevo, se encuentran presentes en mayor o menor cantidad en todas las personas, usualmente son de color café oscuro o negro, pueden localizarse en la piel de cualquier parte del cuerpo, y tener diferentes formas, planos, elevados, con superficie lisa o rugosa, pelos en su superficie, pigmentados, o del mismo color de la piel. Usualmente aparecen entre la primera y segunda década de la vida, aunque en algunas ocasiones están presentes desde el nacimiento y son llamados nevos (lunares) congénitos.

Las verrugas, son formaciones de superficie rugosa (verrucosa), aunque en ocasiones se presentan planas y son causadas por el virus del papiloma humano. Pueden aparecer en cualquier lugar de la piel, incluyendo los genitales y las mucosas. Por ser de origen infeccioso pueden contagiarse, aunque esto ocurre cuando hay contacto cercano o íntimo con personas infectadas, aumentando la probabilidad de contagio en situaciones de compromiso momentáneo o permanente del sistema inmunitario.

Los fibromas laxos, llamados también acrocordones, son lesiones benignas, casi siempre del mismo color de la piel, que se ubican con mayor frecuencia en los pliegues cutáneos de cuello, axilas e ingle, y en ocasiones en párpados y espalda. Usualmente aparecen a partir de la cuarta década de la vida y son más frecuentes en personas con obesidad o sobrepeso, pero también aparecer durante el embarazo.

En algunos países las agremiaciones de dermatólogos hemos venido observando la oferta cada vez más frecuente de productos para eliminar “verrugas” y “lunares”, que pueden conseguirse con relativa facilidad en farmacias y más fácil aún en tiendas virtuales. Estos productos van desde extractos de supuestos vegetales milagrosos, hasta sustancias corrosivas y nitrógeno líquido, siendo este último usado con frecuencia en los consultorios dermatológicos con la debida técnica y el conocimiento de cuáles son las lesiones que ameritan su aplicación.

Las complicaciones derivadas del uso de estos tratamientos sin el conocimiento de su composición, técnica de aplicación y precauciones previas, conducen frecuentemente a complicaciones que van desde ulceraciones, no solo en el área tratada, sino en la piel circundante, hasta infecciones y formación de cicatrices.

El mayor peligro del uso de estas sustancias milagrosas y productos de manejo exclusivo por parte de dermatólogos, es su aplicación en lesiones que en realidad no son lunares ni verrugas, sino lesiones precancerosas o verdaderos cánceres cutáneos que al no recibir el tratamiento indicado pueden extenderse localmente y peor aún, diseminarse a huesos u órganos internos. Un inocente “lunar”, “verruga”, puede ser en realidad una variedad de cáncer de piel conocido como carcinoma basocelular nodular u otra variedad de cáncer de piel que, en el peor de los casos puede corresponder a un melanoma, el cáncer de piel con mayor agresividad. Las verrugas genitales, especialmente en mujeres pueden estar diseminadas en el canal vaginal y predisponer a la formación de cáncer uterino, por lo que su tratamiento es exclusivamente médico.

Por fortuna, algunos de estos productos, especialmente el nitrógeno líquido de venta libre, ha sido prohibido en muchos países. Tampoco se debe dejar pasar por alto, que las supuestamente milagrosas mezclas de vegetales con algunos otros productos de uso culinario, no siempre son inocuas, en ocasiones pueden producir alergias e irritaciones que inevitablemente harán necesaria la consulta médica, amén de que también pueden estarse aplicando en lesiones malignas.

Sin necesidad de atemorizar a las personas, la mejor recomendación es, ante la presencia de lesiones cutáneas antiguas o de reciente aparición, con cambios en tamaño, forma, color y superficie, acudir a una valoración médica, para un diagnóstico y tratamiento adecuado. La malignización de lunares no es un evento frecuente. No hay que olvidar la importancia preventiva de la adecuada protección solar.

Felizmente el lunar de Cielito lindo sigue en su lugar y no parece ser maligno


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