Investigadores de Epidemiología Ambiental y el Instituto de Investigaciones del Hospital del Mar de Barcelona, han alertado a la comunidad sobre los efectos adversos de nadar en piscinas tratadas con cloro. Sin negar la importancia de la actividad recreativo-deportiva del uso de las piscinas, es necesaria una correcta regulación en los niveles de cloro, con el fin de evitar daños en la piel, mucosas, ojos y sistema respiratorio. En teoría, una correcta dosis de cloro en las piscinas no causa alteraciones a la salud humana, pero la concentración de cloro puede alterarse por productos aplicados en la piel de los usuarios como cremas, protectores solares, desodorantes, entre otros. Todos estos factores son difíciles de controlar por lo cual es más práctico tomar personalmente las medidas para evitar o minimizar los efectos adversos.
Al salir de la piscina es importante bañarse de inmediato con un jabón tipo syndet o jabón de bebé, para retirar los restos de cloro de la piel. El cabello debe lavarse con champú neutro, o uno para bebé, aún si se tiene intención entrar de nuevo. Lo primero que procede es aplicar una crema humectante luego del baño, mejor con la piel húmeda para una mayor penetración. Hay que tener cuidado con el cabello especialmente cuando es tinturado, ya que puede tomar una tonalidad verdosa. Las uñas se pueden proteger previamente con esmalte, pero también debe aplicárseles crema humectante. No se debe olvidar lavar cuidadosamente los pies, ya que la piel en entre los dedos es más delgada y por esto es mayormente agredida por efecto del cloro, lo que puede predisponer la infección por hongos.
