Efectos del planchado sobre el cabello


Las planchas son sin lugar a dudas, útiles herramientas para el moldeado del cabello, que permiten lucir un cabello liso, suave, brillante, con diferentes estilos y una mayor duración del peinado. En sus primeras versiones consistían en dos placas de metal que calentadas al fuego se aplicaban directamente al cabello, con frecuentes quemaduras tanto en cabello como en cuero cabelludo. Las planchas modernas estuvieron disponibles en el comercio a partir de 1990 y se han convertido en una herramienta casi fundamental en el cuidado capilar.

El cabello está constituido por varias capas, siendo la cutícula la parte visible y donde en realidad actúan la mayoría de los tratamientos aplicados. La cutícula capilar está compuesta por células desvitalizadas en forma de escamas entrelazadas, que le dan la forma y mantienen la estructura del cabello, y a su vez es la primera barrera de defensa para impedir que elementos nocivos penetren a las otras capas del cabello.

En condiciones normales, la estructura de la queratina, el principal componente de la cutícula del cabello es helicoidal. El calor de la plancha modifica esta estructura, dándole una forma linear, con el inconveniente que células que cubren la fibra del cabello, pierden su unión creándose espacios, los cuales hacen que el cabello quede vulnerable a agresiones inclusive al agua, especialmente de piscinas.

Algunas condiciones permiten que el daño al cabello sea mayor como ocurre en los cabello teñidos previamente, en los cuales ya se ha debilitado la envoltura del cabello; de la misma manera, los cabellos desrizados o genéticamente delgados sufren mayormente las consecuencias del planchado. No se ha demostrado que el calor de la plancha produzca caída definitiva del cabello, pero tiende a tornarlo seco y quebradizo, lo cual dará la apariencia de menor volumen y desvitalización.

Las industrias fabricantes de planchas capilares, han variado el diseño inicial y cada una pondera las ventajas de las suyas, lo cierto es que las planchas en las cuales las placas están cubiertas por elementos aislantes que minimizan el contacto directo de calor con el cabello, son menos nocivas, sin negar que siempre el calor extremo es perjudicial para la estructura capilar. En varios países del mundo, asociaciones de dermatólogos, han recomendado el menor uso posible de las planchas, considerando que máximo cuatro veces por mes produce menos daño.

De todas maneras quienes no están dispuestas a prescindir de su uso, deben tener la precaución de usar un producto capilar hidratante antes de aplicar el calor. Esto disminuye el daño a la fibra del cabello. Después del tratamiento, lo ideal es continuar el cuidado de hidratación semanalmente.


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