Lunares


Lunares

Los lunares o nevos son formaciones cutáneas que en todas las épocas de la humanidad han causado curiosidad, temor y muchas veces admiración. Todos los seres humanos tenemos lunares y  muchas veces las personas se refieren a ellos como “verrugas”. En realidad, las verdaderas verrugas son de origen viral y aunque probablemente en forma y color se asimilen, son dos entidades diferentes. No siempre los lunares son evidentes al nacimiento. Muchas veces se hacen visibles en la adolescencia y aún después de la tercera década de la vida, lo que genera confusión y aún resistencia de las personas a aceptar que se trata en verdad de un lunar.

Los lunares se pueden originar en distintas estructuras de la piel, como en glándulas sebáceas, vasos sanguíneos, pero en la mayoría de los casos se originan de los melanocitos, células de la epidermis que le dan el color característico a la piel. No siempre son de color negro, pueden ser de color café, rojo y aún sin color, y no siempre se elevan de la superficie de la piel. La gran mayoría de personas viven toda su vida con lunares, sin que tengan ninguna complicación. Muchas veces con el pasar de los años, crecen y se profundizan en la piel, lo cual no es señal de malignización.

Existen señales de alerta que nos pueden llevar a sospechar  malignidad en un lunar, sin embargo, primero  hay que cerciorarse si estos cambios en los lunares no corresponden a traumas o procesos infecciosos en la superficie de los mismos. Signos como ulceración con sangrado espontáneo o con un leve trauma, que permanece en el tiempo sin curar, cambios en la coloración de una parte del lunar e irregularidad en los bordes de aparición gradual, son señales que indican la necesidad de consulta médica, donde generalmente se toma una muestra para biopsia y se establece un diagnóstico. Los lunares que aparecen desde el nacimiento también pueden malignizarse.

La malignización de los lunares se presenta con mayor frecuencia en personas de piel clara y mayormente en las áreas expuestas al sol, sin ninguna protección. Existe predisposición familiar al desarrollo de cánceres cutáneos. El carcinoma basocelular, es la variedad de cáncer cutáneo más frecuente, afortunadamente tiene pocas probabilidades de enviar metástasis a distancia. El más grave es el melanoma, que en etapas avanzadas tiene una alta mortalidad. Es recomendable la autorevisión de los lunares o solicitar ayuda en áreas de difícil acceso visual para cerciorarse de la ausencia de cambios en estos. Esta recomendación tiene mayor importancia en quienes han padecido cáncer de piel o tiene antecedentes familiares. No todos los cánceres de piel se desarrollan a partir de lunares


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