Vitamina D, Covid-19 y confinamiento


La vitamina D, llamada también antirraquítica, se encuentra en cantidades importantes en alimentos como la leche y los huevos, también puede formarse en la piel, luego de la exposición al sol. Esta vitamina es esencial para que el calcio pueda integrarse a los huesos y fortalecerlos,  disminuyendo así la gravedad de la osteoporosis, que es casi inevitable con el paso de los años. Algunos estudios han señalado la posibilidad que la vitamina D sea importante también en la regulación del sistema inmunológico e intervendría además en el control de ciertos tipos de cáncer y enfermedades respiratorias. Está establecido que la mayor cantidad de vitamina D (aproximadamente el 90%) proviene de su formación en la piel, luego de la exposición al sol.

La Organización Mundial de la Salud considera que para una adecuada formación cutánea de la vitamina D es recomendable tomar baños de sol entre el momento que asoma hasta las 10 de la mañana, y después de las 3 de la tarde, durante 20 minutos diariamente, exponiendo áreas amplias como la piel de las piernas y los brazos, cosa que es muy fácil lograr en países tropicales.

Sin embargo, estas recomendaciones no podrán cumplirlas muchas personas con ocasión de las medidas tomadas por las autoridades (seguramente de buena voluntad) por la actual pandemia ocasionada por el virus Covid-19, en las que se condiciona con medidas, en algunos casos francamente absurdas, la salida de las personas para ejercitarse y de paso tomar unos minutos de sol.

Los condicionamientos actuales para tener la oportunidad de estimular la producción natural de vitamina D con la exposición solar diaria recomendada y evitar que empeore la inevitable osteoporosis por efecto de los años, son especialmente desconsiderados con las personas mayores de 60 años, para quienes su condición actual es equiparable a una detención domiciliaria (de las pocas que se cumplen como establece la ley), sin tener en cuenta que, por el momento de la vida en que se encuentran, están expuestos a fracturas aún con traumas menores si se compara con la población de menor edad.

Por lo visto, a quienes aún no tenemos 60 años (y también a muchos mayores de 60), se nos está olvidando que hoy podemos encontrar, aunque no abunden en nuestro país y menos en nuestra ciudad, personas de la mal llamada tercera edad en excelentes condiciones físicas y mentales, con rutinas diarias de ejercicio, que no califican en la categoría de los ‘tiernos abuelitos’ a los que sospechosamente ahora todos quieren proteger.

En todo caso, debo decirles a quienes se les dificulta tomar el sol, y en general a todos aquellos que tengan más de 60 años, que es necesario que incrementen el consumo de vitamina D en la dieta, aunque su ingestión con los alimentos podría no ser suficiente para cubrir las necesidades del organismo.

Para quienes no tienen el trapo rojo en la entrada de su casa es bueno que sepan que hay fuentes importantes de vitamina D como el pescado, especialmente aquellos con mayor contenido graso como el salmón y el atún. También el hígado de res, los huevos, el queso, la leche de soya, los champiñones, las naranjas. Asimismo, algunos alimentos procesados, como los cereales, traen incluida vitamina D. Los medicamentos que contienen vitamina D, siempre deben consumirse bajo supervisión médica.

Según estudios recientes, se han identificado unos mil millones de personas en todo el mundo con deficiencia de vitamina D. Hoy se dice que esa deficiencia afecta aproximadamente al 86% de los adultos mayores en Estados Unidos y Europa. Hasta hace poco algunos expertos señalaban que no había evidencia de que las personas en países cercanos a la línea ecuatorial, como Colombia, pudieran tener deficiencia de vitamina D, pero un estudio hecho en Cali, ciudad ubicada a solo mil metros sobre el nivel del mar, con pacientes del servicio de consulta externa de endocrinología de la clínica Valle del Lili, mostró resultados sorprendentes, ya que un poco más de la mitad de los pacientes objeto de estudio mostraron niveles bajos de vitamina D.

Estudios muy confiables, llevados a cabo por importantes centros de investigación de prestigiosas universidades y hospitales, han encontrado relación entre niveles bajos de vitamina D y la mortalidad en pacientes afectados por el Covid-19.

Para evitar malos entendidos, aclaro que estoy de acuerdo con la mayoría de las medidas tomadas por el Estado, en todos sus niveles, para evitar mayores contagios, siempre y cuando sean sensatas.

Wilmar Polo

Médico Dermatólogo- Profesional en Ciencia Política y Relaciones Internacionales


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