Reflexiones de periodismo: la entrevista a la menor del piso 26


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1. Se lanzó del piso 26 en un edificio en Bocagrande y sobrevivió al caer en una piscina.
2. Está hospitalizada y adolorida.
3. Es una menor de edad.

Son solo tres de las razones que nos ayudan a tener un panorama de la situación de la menor de edad hospitalizada desde el día 11 de agosto en la Fundación Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja – La Casa del Niño en Cartagena, luego de un hecho que ha generado interés local, nacional e internacional.

El impacto se ha visto reflejado en el cubrimiento que se le ha dado desde los diferentes medios de comunicación, pero solo uno llama la atención de autoridades locales como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la misma institución hospitalaria: la cadena radial Blu Radio entrevistó telefónicamente a la joven en la mañana del viernes 12 de agosto. Ningún otro medio lo hizo.

Más allá de los cuestionamientos que seguramente tienen lugar para los involucrados, deseo abrir un debate más profundo sobre ética y periodismo, un ejercicio de aprendizaje continuo y diverso. El ICBF y Casa del Niño, en un comunicado conjunto, rechazaron la entrevista por la vulneración de derechos de la menor, no por gusto, sino porque está establecido en la ley. Además, dice que el medio prosiguió con la entrevista pese a que desde la institución hospitalaria se le informó que la menor no estaba en condiciones de hacerlo y que no era permitido.

La entrevista, que tiene una duración de 10 minutos con 44 segundos, está colgada en la página web de Blu Radio (http://tinyurl.com/gpla22v) y se escucha a una joven adolorida, confundida y “rodeada” de lo que parecen las voces de 4 periodistas que quieren conocer detalles del suceso; y hasta la cuestionan por su decisión de lanzarse hacia la piscina. Además de revelar su identidad al aire y en el desarrollo de la nota, la menor corta la entrevista diciéndole a su tío, quien la acompañaba mientras llegaban sus papás, que ya no podía hablar, que “físicamente” ya no podía.

El debate inició por mensajes con algunos colegas en Cartagena, pero definitivamente me rehúso a dejarlo en el anonimato, pese a que tengo una posición que tal vez pueda ser comprometedora desde algún punto de vista. Y ya que estamos hablando de buenas prácticas, quero decir que en esta situación no soy una simple observadora, pues desde las funciones que actualmente ejerzo están las de coordinar las comunicaciones en La Casa del Niño junto a otra comunicadora social.

Pero más puede la terquedad de seguir construyendo periodismo desde diferentes ámbitos y creo que las reflexiones públicas son una manera de hacerlo. Por ejemplo, en días recientes el portal Clases de Periodismo me hizo sentir segura de la decisión de escribir este artículo, con su publicación: Esto no es periodismo: cuando los reporteros se olvidan de la dignidad de las personas (http://tinyurl.com/zl9dbv4). Se refiere a dos casos: en El Salvador una periodista entrevista a un hombre recién atropellado que horas después de las preguntas, fallece. El otro, sucedió en Perú, cuando ocurrió la muerte de la hija de la alcaldesa de Lima, los periodistas captaron imágenes del momento en que llega a la morgue.

Es un corto texto de largos aprendizajes, por eso las reflexiones que me dejan estas situaciones, y que quiero compartir en este espacio, son preguntas principalmente:
1. ¿La primicia está más allá de los derechos de las personas?
2. ¿Es válido rebasar cualquier restricción legal para conseguir lo que requiere el editor(a)?
3. ¿El rating vale más que la dignidad?
4. ¿Hasta dónde ha arrastrado la audiencia ávida de información al quehacer periodístico?
5. ¿Qué implicaciones tiene el entrevistar a una menor de edad en una situación que aún es materia de investigación judicial?

Los que hemos sido testigos de tragedias y actores de su cubrimiento periodístico, puede que veamos los casos como parte de nuestra cotidianidad: buscar la más acertada, veraz y exclusiva información (para textos, fotos, imágenes y voces). Pero somos seres humanos antes que periodistas, como bien lo dijo Ryszard Kapuscinski: Para ser buen periodista hay que ser buena persona ante todo. Y no, no estoy tratando de lanzar una indirecta a nadie, soy del estilo directo y de mirar a los ojos. Hoy, solo es una invitación a que hablemos de esto.


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