protesta

Todos ponen. Todos pierden


En un importante diario colombiano encuentro un titular que reza algo como «en la Heroica gana la abstención». Qué mal gusto. Qué falta de autocrítica y qué sinvergonzonería. La abstención, respetados lectores, es una opción política como lo es el voto en blanco, la derecha, la izquierda y hasta el fascismo, pero lo que ha ganado este domingo en Cartagena no es la abstención sino la desidia. «No me importa que me roben, que me violen, que la ciudad sea un basurero, que el empleo sea precario, que la vida no sea digna». Eso es lo que ha ganado este domingo en Cartagena. No hagamos elecciones, no nos gastemos toda esa plata para nada. Que se reúnan los ricachones ignorantes y petardos y que ellos elijan al alcalde y que decidan los presupuestos, el POT, la política educativa, la política de salud pública y todo lo demás.

«Yo lo único que sé es que gané» –dice el nuevo alcalde. Pero este domingo en la Heroica no ha ganado nadie. Ni siquiera el alcalde, a quien deseo lo mejor, se lo merezca o no. Sé que no hará nada por Cartagena: estoy casi seguro de ello. Y como no hará nada, porque es de los mismos de siempre, los mismos que no tienen nada en la cabeza excepto «dinero», la ciudad que heredarán sus nietos (y sus hijos, aunque ya están grandes) será todavía peor que la que ya tenemos. Entonces, ni él mismo ha ganado nada. Ha perdido. Hemos perdido todos. Otra oportunidad perdida. Ya lo dijo Cristo: «no le deis perlas a los cerdos». Para el mediocre, toda oportunidad es un obstáculo, y en Cartagena este domingo hemos demostrado de nuevo que somos muy mediocres.

Yo ya estoy pensando en las siguientes elecciones. Les sugiero a los políticos decentes de Cartagena, si los hay, que desde ya vayan preparando sus planes y sus campañas, porque los próximos 18 meses hay que darlos por perdidos a menos que mis camaradas del PCC y de las comunidades negras le apuesten a una acción revolucionaria, pero, bah, tampoco lo van a hacer. De todas maneras, los invito a que consideren la posibilidad de un levantamiento pacífico en contra de las estructuras mafiosas que controlan nuestra ciudad. Habría que pararlo todo para que los mafiosos empezaran a perder dinero y se sentasen a negociar con el pueblo. Pero esta negociación sólo puede dar como resultado la salida de las mafias del poder; de lo contrario, habría que continuar el levantamiento indefinidamente.

Como esto es mucho pedir en estas épocas en las que el neoliberalismo se ha vuelto la ideología estándar, como si el punto de partida, innegable, innegociable, fuese el mercado, invito a mis queridos lectores a que se levanten contra la ignorancia y contra le desidia a un nivel personal, local, microesferológico: no dejes pasar una injusticia, no dejes pasar una agresión. No lo dejes pasar cuando veas a alguien arrojando basura a las calles. No lo dejes pasar cuando veas un robo. A quienes ocupan puestos de responsabilidad: no dejen pasar un sólo acto infame, un saqueo o una conspiración. Un levantamiento contra la ignorancia: ver menos televisión y leer más libros. No tengas miedo a poner tu vida en ello, porque hacer lo correcto siempre es poner la vida en juego.

Sólo por curiosidad: ¿cuándo vamos a tener en Cartagena un alcalde con cultura y bien preparado? ¿Cuándo vamos a tener un alcalde negro? El único alcalde negro que recuerdo –paz en su tumba– era un locutor de radio que, si bien era querido por mucha gente, sabía tanto de administrar una ciudad como yo sé de ingeniería mecatrónica: nada.  Me conformaría, de todas maneras, con que el alcalde o la alcadesa no fuera un completo cabezahueca.


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