Del latín distrahĕre


Como me ocurre casi siempre:
me he maravillado más de la acción
que de su contenido.
He olvidado el mensaje,
las palabras dichas en un sueño.

Me sorprendió,
eso sí lo recuerdo,
escuchar a mi hijo mayor
pronunciar varios fonemas,
al menos dos frases inteligibles,
ahora desconocidas.

Como Borges,
como Maimónides,
creo que las palabras
dichas en un sueño
son sagradas.
Yo me he quedado
con el recuerdo de haberlas oído,
como quien percibe,
distraído,
el roce de la cola de un gato.


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