El dorado telar


Hoy ha nevado,
duró apenas media hora,
pero,
como sucede con varias circunstancias,
más vale poco que nada.
Me he levantado
con un ánimo inusitado
de mover las cosas de un lugar a otro.

Hoy ha nevado,
y el día ha seguido mas o menos igual,
las labores,
los objetivos de siempre,
el amor reposado,
la pasión desandada,
y, mientras tanto,
no hubo tiempo sino para estar cansado. 

Hoy ha nevado,
y mañana será otro día, radicalmente distinto,
hablaremos de Borges
y de Luis Eduardo Aute,
de los viernes que nos apaciguan,
de las ganas de querer dejarlo todo
pendiendo de un hilo,
del ansia, de la pasión,
del anhelo de romper
 una hebra de oro
del dorado
telar en el que vamos y venimos,
al que llamamos vida.


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