Ya éramos así


Ya éramos así.
Descreídos y, hasta cierto punto, inútiles.
Arrinconados por la sobriedad,
inocentes, callados, reacios al vinagre de manzana.
Nos movíamos cansado.

En otro abril, de hace doce años, ya éramos así.
Habitábamos y hacíamos la guerra.
También había literatura,
fracasábamos ricamente
contra nosotros mismos,
y aquello no era una letanía.

Ya éramos así.
Tomábamos apuntes, seguíamos las reglas,
viajábamos en autobuses apestosos
que nos llevaban hacia la traición individual y colectiva.
Pero todo eso era como es hoy:
cansado, reacio, callado, inocente.
Inútil, sí.
Descreídos, a veces.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR