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Este es Aurelio: Ëll llegó a nuestro hogar una noche lluviosa, una señora con la ayuda de un extranjero lo habían sacado de un charco de agua, de donde no se podia levantar.
Llegó muy mal, estaba deshidratado, muy flaco y despedia de sí un olor nausebundo. Al instante descubrí la razón: tenía un gran hueco repleto de gusanos en el cuello y subía por toda su orejita.
Lo tranquilice y limpié su herida, hasta que no quedó ni un gusano, lo canalicé y no fue antes de tres días que el empezó a levantar la cabeza y a comer.
Engordó, su pelo comenzo a brillar y se veía hermoso sin importar su raza.
No era un perro joven, sus dientes lo delataban y pronto aparecieron sus canas.
Nunca nadie lo adoptó, sin embargo sus ganas de vivir era evidentes, corria, ladraba y se dejaba consentir.
Pasaron 4 años y sus riñones dejaron de funcionar, intentamos todo lo humanamente posible por sanarlo pero un dia simplemente se quedó dormido.
Han pasado mas de 3 años desde entonces y lo recuerdo como si fuera ayer, sé que cuando me toque partir a mí, él estará esperándome en la entrada del puente del arcoiris con todos los demás animalitos que he amado y han partido, para estar juntos para siempre.
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Aurelio tras su recuperación
Testimonio de Ingrid Hernandez de Soto
Directora
Fundación Rescate de Animales
teléfono 3002003500
