Arrázola tenía razón


Hace unas semanas traté de explicar las teorías del pastor Miguel Arrázola; aquellas que permiten hacerse millonario con el salario mínimo. Confieso que en aquel momento estaba un poco desconfiado porque los métodos que el pastor proponía no sonaban muy verosímiles. Pienso que eso se debía en parte a ese pesimismo natural que los colombianos tenemos ante las buenas ideas que, además de sencillas, suenan atractivas. Pero a todo incrédulo, como a Santo Tomás, tarde o temprano le llegan las evidencias.

Para aquellos que no estén al tanto de lo que estoy diciendo, les resumo: las teorías económicas de Arrázola establecen que entre más plata se siembre, más plata se cosechará. Este es un postulado tan evidente y universal que no necesita demostración. Así, a partir de este axioma, el pastor llega a la conclusión lógica que con el salario mínimo es posible convertirse en millonario. Así de simple. Sin embargo, el pastor aclara que esta bendición no se consigue de cualquier modo: los réditos solo se garantizan si el dinero se siembra en el banco del Cielo que, para efectos prácticos, corresponde a la iglesia Ríos de Vida, la cual, según el pastor, es la casa de Dios. Para corroborar esto basta una búsqueda rápida en la cuenta oficial del pastor en Youtube.

Volviendo al tema, les venía contando que antes estaba desconfiado; pero ahora sí que estoy convencido. Pues hace unos pocos días se dieron a conocer unos hechos contundentes y gracias a ellos pude constatar, por fin, que todo lo que Arrázola decía era verdad. Él lo demostró mediante su propio ejemplo, que es la mejor manera de predicar. Tengo que decir que aún no salgo del asombro: ¡claro que es posible hacerse millonario con el mínimo!

Estos hechos se complementan como la caja y la tapa. Por un lado, se supo que el pastor Arrázola tiene un apartamento en el edificio la Regata, frente a la bahía de Cartagena, avaluado en más de mil doscientos millones de pesos. Además, acaba de adquirir otra propiedad en el exclusivo condominio Barcelona de Indias por un precio similar. Esto, en mi modesta manera de hacer las cuentas, lo convierte en un millonario. Y por el otro lado, también salieron a la luz las planillas de los pagos de seguridad social del pastor, y allí se puede ver que cotiza con el salario mínimo.

Es hora de dejar a un lado la modestia. Es tiempo de empezar a llamar a las cosas por su nombre. Esto ya dejó de ser una plausible teoría numérica, un simple ejercicio de lógica. Esto, en realidad, es un hecho ya comprobado: el pastor Miguel Arrázola es millonario con el salario mínimo. Y si él puede, cualquiera de nosotros también. Vuelven a renacer entonces las esperanzas en este país donde la mitad de la población se sostiene con el mínimo. Todo lo que se necesita es sembrar para luego recoger.

Lo único que no me queda muy claro es si los frutos de la cosecha llegarán después a los mismos bolsillos de donde salieron las semillas, o si solo son para el administrador de la finca. Pero bueno, de momento no nos preocupemos por eso; como se sabe, esos son apenas asuntos menores; los riesgos normales de las buenas inversiones. Solo espero que el pastor Arrázola no desmienta esta información. Sería muy triste que, después de tanto entusiasmo y esperanzas por sus hallazgos y aportes a las ciencias económicas, salga a retractarse miserablemente.

@xnulex


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