Empiezo por el final: la mejor forma de tomar whisky es como a uno le guste.
Sin embargo, aunque no soy un asiduo bebedor de whisky, siempre he escuchado de diferentes maneras, en muchos lugares y de distintas personas la advertencia de que el whisky se toma puro porque con hielo se arruina. La razón más común que me han dado es que el agua que se añade cuando el hielo se deslíe estropea por completo el proceso de destilación de años y años en las barricas. Con esto en mente me puse a consultar el tema.
Lo primero que encontré es que, en las propias destilerías y antes de embotellarlo, al whisky le añaden agua para bajarle la concentración de alcohol; por ende, el argumento que soporta la popular advertencia pierde toda validez; si ese fuera el caso, el whisky vendría arruinado desde antes de destapar la botella. Pero, leyendo las opiniones de distintos expertos, casi todos coinciden en que el hielo sí lo estropea.
Lo estropea, dicen los expertos; pero no por la añadidura de agua que del hielo pueda derivarse; de hecho, estos mismos conocedores dicen que es mejor consumirlo puro los dos o tres primeros tragos para sentir el sabor original y, luego, recomiendan agregar un poco de agua para abrirle nuevos sabores y matices. La razón por la que se estropea es porque el hielo le baja la temperatura y esto le quita toda la fuerza de sabores, matices, aromas y hasta del color al licor.
Por ello, en términos prácticos, da lo mismo que usted decida acompañar el whisky con hielo o que prefiera refrigerarlo antes de consumirlo puro: de ambas formas se estropea. Ahora, las razones que dan los expertos están referidas al sabor del whisky y no a su efecto embriagante; y es que en los años que llevo de bebedor social, la verdad es que no he visto a la primera persona que se lleve un trago de whisky puro y caliente a la boca para deleitarlo en sus sabores, matices y aromas como un elixir exquisito; por lo general lo que veo es que apuran el trago directo hasta la garganta arrugando la cara cuando el cosquilleo etílico les corroe el esófago.
Entonces, si el motivo es una celebración y no una cata de whisky, son muy pocos los bebedores que se detienen a examinar en detalle su sabor; basta con que sea agradable al gusto y que no genere mucha resaca al siguiente día; porque, después de la primera botella, en lo que menos reparan las personas es en el sabor del trago.
De todas formas, querido lector, si se siente aludido por estas desalentadoras y simples líneas, siempre queda la opción de sacar la botella del refrigerador, ponerla a fuego lento por dos minutos en un baño maría y hacer cara de deleite cuando se la tome para que pueda seguir pregonando la advertencia de que el whisky se toma puro porque con hielo se arruina.
@xnulex