III. CRISTO ES LA RESPUESTA: MALPARIDEZ EXISTENCIAL


TENGO SED DE TI (Salmo 42, 2 - 8)

Supongamos que tú y yo somos mejores amigos. Ahora, imagina que estamos hablando mediante una videollamada en este preciso momento. Te cuento que estoy caminando solo en el desierto de La Guajira. Todo parece muy hermoso, pero en este momento siento una tremenda sed. El sol canicular golpea mi rostro, y una ardiente brisa sopla bochornosamente, aumentando exponencialmente mi necesidad de hidratarme.

Mientras conversamos, camino hacia el carro que está estacionado a unos metros de distancia, ya que ahí dejé la termo con agua. Al llegar, con cara de terror, observo que las cuatro llantas del carro están desinfladas. Esta dosis de ansiedad hace que mi lengua se pegue al paladar; siento la boca reseca. Estiro la mano en el baúl para tomar el termo y me quedo pálido mirando ahora fijamente la cámara de mi celular...

Al ver la lividez de mi rostro, tú me preguntas repetidamente: '¿Qué te pasa? Habla, di algo, ¿qué pasa?' Grito angustiado: '¡No tengo agua!' ¡La tapa del termo estaba mal cerrada y se derramó toda en el carro!

 

GUSTAD Y VED (Salmo 34, 8)

En ese instante, tú, en un inteligente acto de bondad, gracias a la empatía que te caracteriza, decidiste hacer algo para ayudarme a resolver este mortífero problema que me aquejaba. Me dijiste con voz pausada para darme tranquilidad: "Espera un momento, ya te ayudo a resolver el problema". No entendí tu calma, no entendí por qué dejaste el celular sobre la mesa, apuntando con la cámara hacia el techo; lo único que podía ver era el ventilador dando vueltas y a lo lejos se escuchaban tus pasos alejándote de la habitación.

En aproximadamente unos eternos 30 segundos, regresaste, tomaste el celular nuevamente en tu mano y enfocaste tu rostro que se veía radiante y esperanzador. Me mostraste un enorme vaso cervecero lleno de agua con hielo y me dijiste: 'No te preocupes, amigo, me voy a tomar este vaso con agua en tu nombre y así te ayudaré a calmar la sed...' Vi cómo empinabas el codo y descargabas el refrescante líquido en tu boca, vi mover tu garganta como una serpiente engullendo a su presa y al final, no solo no se me quitó la sed, sino que se había aumentado hasta el infinito y más allá.

 

EXPERIENCIA EMPÍRICA

Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, segundo semestre del año 1989. Con las canas que lo hacían inconfundible y su inmensa y humilde sabiduría, el Padre Carlos Bravo S.J. extendió su mano derecha frente a uno de nuestros compañeros de clase de la Facultad de Teología. En ese entonces, yo estaba cursando el segundo semestre y no puedo negar que 'El Marco Antropológico de la Fe' era una de mis clases favoritas.

Al ver la mano del profesor extendida frente a él, en un típico acto reflejo, el estudiante extendió la suya, y de este modo, todos observamos que las manos se estrecharon en un saludo.

Con ese simple gesto, el Padre Bravo nos dio ese día una cátedra de lo que es la experiencia empírica y la experiencia existencial. A partir de ello, nos ayudó a entender lo que es la fe en sus distintas modalidades (fe como simple creencia, fe filosófica, fe religiosa).

La experiencia empírica, como su nombre lo dice, se basa en los datos crudos, sin interpretación alguna. "La mano está fría", "está caliente", "es suave", "es áspera", "me está torciendo mi mano", "me la está acariciando", etc. etc. etc.

La experiencia existencial parte de la experiencia empírica pero va más allá. No se fundamenta en el dato crudo, sino en el dato interpretado. Es decir, nos permite captar la intención (por qué) y el sentido (para qué). Cuando alguien me da la mano, puede estar saludándome o agrediéndome; esa mano puede ser amiga o hipócrita. El Padre Carlos Bravo puede ser amable o grosero. Todo se puede interpretar a partir de un simple saludo de manos. Esto implica 'interpretar', es decir, trascender el nivel empírico y llegar al nivel existencial. Pero lo más interesante es que la experiencia existencial es única, irrepetible, irremplazable e intransferible. Nadie puede calmar la sed de otro tomando un vaso con agua a nombre de otro.

ESTO NO ES UNA PIPA

Dicho de otra manera, la experiencia empírica se refiere a la vivencia sin interpretación, mientras que la experiencia existencial implica una interpretación de lo vivido. Podemos afirmar que la experiencia empírica del profesor se basa en datos crudos, mientras que la experiencia existencial se fundamenta en datos interpretados; ambas comparten como base los datos. Por lo tanto, la experiencia implica tanto un experimento como un experimentador. La experimentación es esencial en este proceso, aunque difiere en el sentido de que la experiencia empírica busca explicar los datos, mientras que la existencial busca comprenderlos. De ahí que se pueda sostener que la verdad empírica representa la mejor explicación posible de los datos, mientras que la verdad existencial representa la mejor comprensión posible de los mismos.

Puedo entender de qué está hecha la servilleta y también puedo entender de qué está hecha la tinta del corazón que se encuentra en la servilleta. Sin embargo, no puedo comprender por qué esta servilleta y este corazón son tan importantes para ti, a menos que tenga los elementos necesarios para interpretar y comprender la intención y el significado más allá del papel y la tinta

Si atamos cabos, podemos resumir el asunto diciendo que el profesor que extiende la mano, el estudiante que extiende la mano y nosotros que veíamos al profesor y al estudiante hacer eso teníamos visiones distintas del asunto porque existencialmente teníamos experiencias distintas. La cuestión es que, en el plano empírico, la prioridad es la objetividad del objeto, mientras que, en la experiencia existencial, la prioridad es la objetiva subetividad del sujeto en cuestión.

El Padre Bravo concluía todo este asunto diciendo que la experiencia existencial, a diferencia de la experiencia empírica, es intransferible. Nadie puede calmar la sed de otro tomando un vaso con agua a nombre de otro.

 

EL CIEGO DE NACIMIENTO

Imagina ahora que estás en la playa en compañía de alguien ciego de nacimiento. Estás conversando con él sobre la educación en Colombia y el escaso interés del sistema educativo en hacer más inclusivos los diferentes escenarios sociales, ya sean laborales, religiosos, culturales, etc. Mientras conversamos, notamos a un par de hermanos que no habían ido juntos a la playa en mucho tiempo. En ese momento, ella le dice a su hermano que le encanta volver a disfrutar de instantes así bajo el cielo azul. El hermano responde que es cierto, que el azul del cielo y el azul del mar están hermosos, y eso le recuerda los maravillosos años de la infancia.

El ciego escucha la conversación y, como están tan cerca, se atreve a pedirles que por favor le expliquen cómo es el azul del cielo y el azul del mar. Ambos hermanos lo miran con amabilidad y sonriendo (otro acto reflejo porque evidentemente el ciego no los puede ver) ella le responde que no puede hacerlo, que no sabe como explicarle cómo es el azul, que la única forma de que el pueda ver lo que ella y su hermano están viendo es que pueda desarrolar la capacidad de mirar con sus propios ojos, que es tanto como pretender calmarle la sed a alguien tomandome yo un vaso con agua a nombre del que está sediento.

MALPARIDEZ EXISTENCIAL

En el año 1984, el lunes 3 de septiembre, estaba cumpliendo 17 añitos, realizando uno de mis mayores sueños: estudiar medicina. Recuerdo que con Lucho Padilla (mi mejor amigo desde el preescolar en el John F. Kennedy), hablábamos de estudiar medicina y convertirnos en grandes científicos para ayudar a la gente. Él estudiaba medicina en la Universidad de Cartagena, mientras que yo estudiaba en la Universidad Metropolitana de Barranquilla. La verdad es que para entonces yo no podía quejarme; tenía una familia hermosa,  (mamá, papá, hermanos) y también tenía a los mejores amigos en mi barrio en Cartagena. En la quinta (los que vivíamos en la carrera 5ta), éramos unos muchachos muy sanos: misa los domingos con el Padre Cano, miembros del coro en Navidad, amantes del deporte (béisbol, fútbol, tapita, bolita de caucho), playa, colegio, y más. Literalmente, podía decir que tenía todo para ser feliz. Sin embargo, ese día en Barranquilla, en casa de mis primos (Said, Yamile y sus hijos) en donde residia como inquilino, me encerré en mi cuarto para que nadie me viera llorar. Había llegado de la universidad alrededor de las 3 p.m., me arrodillé y en un acto de total honestidad y sinceridad con Dios, le dije en voz alta que no lo conocía, que no sabía si le estaba hablando al vacío, que me sentía solo, que tenía todo para ser feliz, pero que me faltaba algo y no sabía qué era. Fue entonces cuando utilicé una expresión muy de moda entre los jóvenes de entonces; mi oración concluyó diciéndole con rabia, pero también con temor y temblor: "Tengo malparidez existencial".

Después de eso y de llorar un buen rato, me bañé, me alisté y me fui a celebrar mi cumpleaños con mis amigos.

Les cuento que al dia siguiente ya se me había olvidado lo sucedido ese día; quedó en mi mente como un hecho anecdótico y de poca importancia. Gané mi semestre y regresé a Cartagena para pasar mis vacaciones, pero para Dios no fue un hecho anecdótico. Mi oración fue tomada en serio, escuchada con amor y respondida de la forma más extraña e inesperada el miércoles 12 de diciembre de 1984, en el apartamento de Ángela Quesep, allí viví una verdadera epifanía, la misma que ya les conté en el artículo anterior. "CRISTO ES LA RESPUESTA"... ¿Cuáles son tus preguntas? | Blogs (eluniversal.com.co). (este articulo a su vez está precedido por este otro: "CRISTO ES LA RESPUESTA"... ¿Cuál es la pregunta? | Blogs (eluniversal.com.co) ).

Pero, saben qué, lo vivido por mí el 3 de septiembre y el 12 de diciembre fueron experiencias empíricas que trascendieron más allá de los datos crudos. Se convirtieron en verdaderas experiencias existenciales que me permitieron entender que:

  • Dios existe (es real).
  • No es una energía cósmica (no es un ente impersonal); es una persona con la que me puedo comunicar.
  • Me ama con un amor infinito.
  • Se hace el encontradizo (no es un Dios oculto o escondido).
  • Quiere tener una relación personal conmigo.

Lo más importante de todo es que desde entonces hasta hoy (este año ya van a ser 40 años de esa epifanía), esos 5 puntos no han cambiado; mi relación con él se ha fortalecido con el paso de los días, las semanas, los meses, los años.

¿Ahora, quieres saber qué fue lo que me pasó? Te lo puedo explicar empiricamente, pero no lo podras comprender existencialmente a menos que vivas tu propia experiencia existencial con Dios. Esto es como cuando uno va a un supermercado y los impulsadores de productos tienen fritando una deliciosa salchicha, el olor te atrae, y con una sonrisa te preguntan: ¿quieres probarla?

Bueno, no me da pena decirlo, soy un impulsador de Dios. Espero que el olor de estas palabras te permita sentir hambre de Dios. Yo solo puedo decirte que Él no es una lección que tengas que aprender de memoria. He vivido en una familia creyente desde niño, pero el Dios que se me reveló el 12 de diciembre de 1984 es más que una lección; es una persona que solo podemos conocer y vivir en la experiencia existencial de encontrarnos con él. Ese día yo pude calmar mi sed de Dios, mi fe ya no se fundamentaba en la fe mi mamá o de mi papá, era mi experiencia, era mi fe.

CRISTO ES LA RESPUESTA

Después de todos estos días de estar escribiendo artículos con ese mismo título, hoy llego al final diciéndote en pocas palabras que, para mí, Mauricio Pareja Bayter, Cristo fue la respuesta clara y contundente a mi malparidez existencial, eso significa que él es la respuesta a los "por qué" de mi vida, pero más importante aún, Cristo es la respuesta al "para qué" de mi vida. No me da pena ni miedo decirlo, "mi vida tiene un propósito".

Cómo bien lo dice el salmista, te invito a que hagas la degustación y puedas "gustar y ver que bueno es el Señor, dichoso quien se acoge a él". 

QUIEN LO VIVE ES QUIEN LO GOZA

Este último segmento es un anexo que no tenía pensado escribir, pero resulta que en Barranquilla hoy, 20 de enero de 2024, se hizo la lectura del Bando del Carnaval y hay una frase que nos cae como anillo al dedo para resumir todo lo que he dicho en los últimos tres artículos con el título 'Cristo es la Respuesta'.

El refrán barranquillero 'quien lo vive es quien lo goza' implica que la verdadera experiencia y disfrute del Carnaval de Barranquilla se logran al participar activamente en él, viviendo las festividades de manera directa y participativa. No se trata solo de observar o escuchar acerca del Carnaval, sino de sumergirse en la celebración, participar en los eventos, disfrutar de la música, las danzas, las tradiciones y la cultura que caracterizan a este evento.

En otras palabras, la frase sugiere que la plena inmersión y participación personal en el Carnaval de Barranquilla, experimentando todas las manifestaciones culturales y festivas, es la manera de obtener el máximo disfrute y apreciación de esta celebración.

La frase 'quien lo vive es quien lo goza' puede tener una relación con la fe cristiana en términos de la importancia de vivir de manera activa y participativa la relación con la fe. Aunque no es un refrán cristiano específico, su mensaje puede conectarse con la idea de que la verdadera vivencia de la fe va más allá de la observación pasiva o el conocimiento teórico.

En el contexto de la fe cristiana, podría interpretarse como la importancia de no limitarse a un conocimiento superficial o meramente teórico de la fe, sino de involucrarse activamente en la práctica de la misma. Esto implica participar en la comunidad, vivir los principios cristianos en la vida diaria, experimentar la relación personal con Dios y compartir la fe con los demás.

Así como en el Carnaval de Barranquilla se enfatiza que la experiencia plena se logra participando activamente en las festividades, en la fe cristiana, la plenitud de la experiencia se encuentra viviendo y practicando los valores y enseñanzas del cristianismo de manera activa y comprometida.


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