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Primera parte: La naturaleza humana

La naturaleza humana ha sido un tema de debate y reflexión desde tiempos inmemoriales. Los filósofos, científicos y pensadores sociales han intentado desentrañar lo que define nuestra esencia como seres humanos. Sin embargo, la afirmación de que no existe una naturaleza humana ha ganado terreno en ciertos círculos académicos, especialmente en el campo de las ciencias humanas y sociales, donde se argumenta que la falta de leyes universales impide la existencia de una naturaleza humana unificada. Esta postura, sin embargo, se encuentra llena de ambivalencias y contradicciones. Para ilustrar esta ambivalencia, consideremos la siguiente secuencia lógica.

 

¿Le tienes miedo a la muerte?

  • Respuesta: Sí, todos vamos a morir.
  • Pregunta: ¿Cómo lo sabes sino hay una naturaleza humana?

 

La Cuestión de la Naturaleza Humana

Para entender mejor la ambivalencia de la negación de una naturaleza humana, primero debemos definir qué se entiende por "naturaleza humana". Tradicionalmente, se ha concebido como el conjunto de características, comportamientos y emociones inherentes a los seres humanos, compartidas a lo largo del tiempo y el espacio. Estas características se presumen constantes y universales, aunque su manifestación pueda variar cultural y contextualmente.

En contraposición, la perspectiva que niega la existencia de una naturaleza humana argumenta que la diversidad cultural y la variabilidad histórica de las conductas humanas invalidan cualquier noción de universalidad. Según esta visión, nuestras acciones y creencias están moldeadas enteramente por factores sociales, históricos y culturales, sin un sustrato común que nos una a todos.

 

Ambivalencia y Contradicciones

La secuencia de preguntas presentada al inicio del artículo destaca una ambivalencia crucial. Al afirmar que algunos temen a la muerte (unos sí, otros no), pero que todos moriremos, se está implicando la existencia de una experiencia humana compartida. Este temor a la muerte (subjetivo) y la certeza (objetiva) de la mortalidad parecen ser aspectos fundamentales de la condición humana. Sin embargo, si sostenemos que no existe una naturaleza humana debido a la ausencia de leyes universales en las ciencias humanas y sociales, ¿cómo podemos justificar esta afirmación?

 

La Subjetividad del Miedo y la Objetividad de la Muerte

El miedo a la muerte es un fenómeno que se observa en prácticamente todas las culturas y épocas. Este temor puede manifestarse de diferentes maneras y ser interpretado a través de distintos lentes culturales y religiosos, lo que evidencia la subjetividad de la experiencia humana. Cada cultura y contexto histórico puede moldear y dar diferentes significados a este temor, pero la esencia de la experiencia subjetiva de la mortalidad parece ser una constante.

Por otro lado, la objetividad de la muerte es innegable: todos los seres humanos, independientemente de nuestras creencias o contextos, enfrentamos la certeza de la muerte. Este hecho objetivo es compartido universalmente y trasciende las diferencias culturales y temporales. La muerte es una realidad que une a toda la humanidad en su destino final, a pesar de que nuestras reacciones a ella sean subjetivamente diversas.

 

El Argumento en Contra

Quienes rechazan la idea de una naturaleza humana universal argumentan que la subjetividad del miedo a la muerte no es una prueba suficiente. Señalan que las interpretaciones y las respuestas a la muerte varían significativamente entre culturas. En algunas, la muerte es vista como una transición a otra vida, lo que podría disminuir el miedo asociado. Así, el contexto cultural moldea nuestra percepción y experiencia del miedo a la muerte, lo que implica que no existe una reacción humana universal, sino una variedad de respuestas culturalmente determinadas. Esta diversidad, "per se", vendría a ser una ley universal, una confirmación de que sí hay una naturaleza humana: la naturaleza de la "subjetividad".

 

Conclusión

La ambivalencia entre la afirmación de que no existe una naturaleza humana y la observación de experiencias compartidas como la subjetividad del miedo a la muerte y la objetividad de la muerte nos lleva a reflexionar sobre la complejidad de la condición humana. Aunque se diga que las ciencias humanas y sociales no puedan establecer leyes universales con la misma precisión que las ciencias naturales, esto no implica necesariamente que no exista un sustrato común en nuestra experiencia humana. La diversidad cultural y la variabilidad histórica enriquecen nuestra comprensión de lo que significa ser humano, pero también podemos reconocer que ciertos aspectos, como la subjetividad compartida del "miedo a la muerte", como la "certeza de la mortalidad", parecen trascender estas diferencias.

En última instancia, la pregunta "¿Cómo lo sabes si no hay una naturaleza humana?", en este contexto, desafía con ironía la negación absoluta de cualquier universalidad en la experiencia humana. Nos recuerda que, a pesar de nuestras diferencias, hay sombras de una esencia compartida que nos conecta como seres humanos, un reflejo de lo que somos en nuestra más profunda y misteriosa naturaleza.

Y tú ¿qué opinas? ¿existe o no existe una naturaleza humana?

 

Segunda parte: Los Derechos Humanos

El reconocimiento de una naturaleza humana compartida es uno de los fundamentos esenciales de los derechos humanos. Esta idea subyace en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) adoptada por las Naciones Unidas en 1948, que establece que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Veamos cómo se relaciona esta noción con los derechos humanos:

 

Fundamentación de los Derechos Humanos

  1. Universalidad de la Dignidad Humana La premisa de que todos los seres humanos comparten una naturaleza común implica que todos tienen una dignidad intrínseca que debe ser respetada y protegida. Esta dignidad es la base de los derechos humanos, lo que significa que cada persona merece ser tratada con respeto y tener acceso a ciertas libertades y protecciones fundamentales.
  2. Igualdad de Derechos La idea de una naturaleza humana común apoya el principio de igualdad, que es central a los derechos humanos. Si todos los seres humanos comparten la misma esencia, entonces todos tienen igual derecho a la vida, la libertad, la seguridad y el bienestar. La DUDH afirma que todos los derechos y libertades se aplican a todas las personas sin distinción de ningún tipo.
  3. Inalienabilidad Los derechos humanos se consideran inalienables porque derivan de la dignidad inherente a la naturaleza humana. Esto significa que estos derechos no pueden ser legítimamente renunciados o quitados. Por ejemplo, el derecho a no ser sometido a tortura es inalienable y debe ser respetado en todas las circunstancias.
  4. Interdependencia e Indivisibilidad La noción de una naturaleza humana compartida también sugiere que los derechos humanos son interdependientes e indivisibles. Los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales están todos interrelacionados y son esenciales para el pleno desarrollo de la persona. La violación de un derecho a menudo afecta el disfrute de otros.
  5. Responsabilidad Internacional Al basarse en la idea de una naturaleza humana común, los derechos humanos trascienden fronteras y culturas. Esto justifica la intervención internacional cuando los derechos humanos son violados, ya que cualquier violación afecta la dignidad humana que todos compartimos. Por ello, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de proteger y promover estos derechos universalmente.

 

Violación de los Derechos Humanos como Consecuencias del desconocimiento de la naturaleza humana

El desconocimiento de la existencia de una naturaleza humana compartida puede ser uno de los factores que contribuyen al irrespeto a los derechos humanos y a la dificultad de construir una sociedad mejor. 

En el contexto de Cartagena y Colombia en general, esta falta de reconocimiento puede tener varias consecuencias negativas.

 

Factores del Irrespeto a los Derechos Humanos

  1. Desigualdad y Discriminación El desconocimiento de una naturaleza humana común puede perpetuar la desigualdad y la discriminación. Si no se reconoce que todos los seres humanos tienen la misma dignidad y derechos, es más fácil justificar el trato desigual y la marginación de ciertos grupos basándose en diferencias superficiales como la raza, el género, la religión o el estatus económico.
  2. Falta de Empatía y Solidaridad La falta de comprensión y reconocimiento de una naturaleza humana compartida puede disminuir la empatía y la solidaridad entre las personas. Esto puede llevar a una sociedad donde las divisiones y los conflictos son más comunes, y donde es más difícil trabajar juntos para resolver problemas colectivos.
  3. Violencia y Conflicto En una sociedad donde no se reconocen los derechos humanos básicos como universales e inalienables, es más probable que surjan violencia y conflictos. La historia de Colombia, con sus décadas de conflicto armado y violencia, ilustra cómo la falta de respeto por la dignidad humana puede llevar a graves violaciones de los derechos humanos.

Construcción de una Mejor Sociedad

  1. Educación en Derechos Humanos Promover la educación sobre los derechos humanos y la naturaleza humana compartida puede ayudar a construir una sociedad más justa y equitativa. Con un mayor conocimiento y comprensión, las personas pueden aprender a respetar y valorar la dignidad de los demás, independientemente de sus diferencias.
  2. Políticas Inclusivas Desarrollar y aplicar políticas inclusivas que reconozcan y protejan los derechos de todos los ciudadanos es crucial. Esto incluye la creación de leyes y programas que aborden la desigualdad, la discriminación y la violencia, y que promuevan la participación y el bienestar de todos los miembros de la sociedad.
  3. Fortalecimiento de la Sociedad Civil Fomentar una sociedad civil fuerte y activa que defienda los derechos humanos y trabaje por el bien común puede contribuir significativamente a la construcción de una mejor sociedad. Organizaciones no gubernamentales, activistas y líderes comunitarios desempeñan un papel crucial en la promoción de la justicia, la igualdad y la paz.
  4. Diálogo y Reconciliación Facilitar el diálogo y los procesos de reconciliación entre diferentes grupos puede ayudar a superar las divisiones y construir una sociedad más cohesionada. Reconocer la naturaleza humana compartida puede ser un punto de partida para encontrar un terreno común y trabajar juntos hacia un futuro más armonioso.

Conclusión

El desconocimiento de la existencia de una naturaleza humana compartida es, sin duda, uno de los factores que contribuyen al irrespeto a los derechos humanos y a la dificultad de construir una mejor sociedad en Cartagena y Colombia. 

 Abordar este desconocimiento a través de la educación, la promoción de políticas inclusivas, el fortalecimiento de la sociedad civil y el fomento del diálogo y la reconciliación puede ser fundamental para crear una sociedad más justa, equitativa y pacífica. Reconocer y valorar la dignidad y los derechos de todos los seres humanos es esencial para el progreso y el bienestar colectivo.

 


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