La red social


El universitario Mark Zuckerberg no tiene carisma, no es atractivo, no tiene dinero, ni amigos, lo que más anhela es ser miembro de un “Final club”, las prestigiosas y muy selectas hermandades de Harvard, en las que los “Don Nadie”, como él, no pueden pasar de la entrada.
Le sobra habilidad para saturar el servidor de Harvard al crear una página web que tuvo 22 mil visitantes en sólo dos horas pero es completamente incapaz de relacionarse.
No es por torpeza, ni timidez, las relaciones sociales no son su fuerte, su arrogancia lo hace insoportable, es consciente de ello y no le importa. Envidia a su mejor amigo y quiere volver con la novia que lo dejó por pedante.
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Parecen los problemas de cualquier joven: querer encajar, ser aceptado y reconocido por sus iguales, tener acceso a las fiestas privadas donde están las mujeres más lindas (y disponibles) y los hombres con todo eso que él no tiene: atractivo, dinero y personalidad. Sólo hay una diferencia entre él y el resto de habitantes de este planeta, a los 24 años, sólo 4 años después de crear Facebook, Mark Zuckerberg se convirtió en el millonario más joven de la historia según la revista financiera Forbes.
No fue un golpe de suerte. Tenía una idea, una visión de lo que son las relaciones sociales en la universidad y cómo podían trasladarse a la web y la desarrolló.
Una idea sencilla se convirtió en la red social más grande e importante del mundo. Una simple idea cambió la forma de estar en contacto, de tener amigos y, algo insólito, de consumir la vida de esos “amigos” como si fuera el contenido de una revista de chismes.
Un personaje parco y muy antipático se convirtió en el referente de las relaciones sociales.
Ese es el Mark Zuckerberg que muestra Ben Mezrich en el libro Millonarios por accidente y que se vuelca en The Social Network (2010), la adaptación cinematográfica de David Fincher. Un chico ambivalente: ambicioso y desprendido, que por una fracción de segundos parece susceptible, pero es sólo una percepción, un engaño ocular, tal vez, porque sus facciones durante la película no manifiestan nada.
El Mark Zuckerberg interpretado por Jesse Eisenberg es frío, calculador, impenetrable, ególatra pero inseguro, sabe que otros tienen más oportunidades que él pero él tiene una ventaja, algo que en Colombia nos vanagloriamos de tener en abundancia y que en realidad no es ninguna virtud: la malicia.
Malicia para pasar por encima de los demás, ya sean amigos o competencia, sin reparar en los daños que se van haciendo en el camino.
Ese es el juego mental del director David Fisher esta vez. Ya nos había enredado con sus tramas psicológicas en Seven (1995), El club de la pelea (1999) y recientemente en El curioso caso de Benjamin Button (2008). Ahora nos muestra a uno de los personajes más mediáticos de la actualidad.
Trata de internarse en sus conflictos, recrea los meses previos y posteriores a la creación de Facebook y su consecuente ascenso al Olimpo de los dioses tecnológicos junto a Bill Gates y Steve Jobs; intenta descifrar lo indescifrable: la personalidad de un joven en el que, probablemente, aún no se han definido los rasgos más marcados.
Por eso, se siente como una mirada desde lo lejos, deja muchos espacios en blanco, hay muchos flashbacks, mucho énfasis en los supuestos motivos, es una historia fragmentada y así la cuenta el director, al fin y al cabo su historia apenas se está escribiendo.
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Pero no se dejen engañar, The Social Network es cualquier cosa menos trivial. Es una corta mirada al cambio cultural que gestó una simple página web, su trama deja más preguntas que respuestas sobre la influencia de la Internet (aparentemente inofensiva) en la vida cotidiana.
No es sólo la historia de un chico insignificante que se hizo millonario de la noche a la mañana, son los primeros pasos de uno de los personajes más influyentes de la actualidad, responsable de diluir los límites entre lo público y lo privado hasta el punto en que lo que no está en Facebook, simplemente no existe.
Facebook está en todo y aún no se sabe a ciencia cierta para qué va a servir en el futuro. Ahora parece elemental para la supervivencia social pero un experto en el futuro de las tecnologías, Jeffrey Cole, advierte que en el lapso de 5 años, Facebook simplemente caerá en el olvido y el desuso.
Por ahora, The Social Network se incluye entre las posibles nominadas a los premios Oscar en las categorías Mejor Película y Mejor Director. Amanecerá y veremos.

Destacado: El papel de Justin Timberlake como el irreverente creador de Napster, Sean Parker.


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