Nine y el placer de los musicales


Iba a hablar sobre Nine y su reparto lleno de estrellas: Daniel Day- Lewis, Nicole Kidman, Penélope Cruz, Judi Dench, Marion Cotillard, Kate Hudson, Sophia Loren, Fergie… No se puede mencionar sólo a dos de ellos, o tres, hay que mencionarlos a todos para dimensionar la magnitud astronómica de la producción, hay que nombrarlos a todos porque eso es la película, grande nombres y poca sustancia.
Iba a hablar de Nine y su noble abolengo. La versión original titulada Ocho y medio es de Federico Fellini, prolífico director italiano. Entre los cincuenta y setenta acercó el cine europeo, siempre introspectivo y profundo, al comercial y superficial de Hollywood.
Ocho y medio fue catalogada la mejor película de la época y en 1963 recibió dos Oscar por mejor película extranjera y mejor vestuario, Fellini acomodó las nuevas estatuillas al lado de la que ya tenía por La dolce vita (1961) y a las que después se les unió una más por Fellini- Satyricon (1970).
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Los conflictos de Guido Contini, un director de cine en la cúspide del éxito que se ve agobiado por la presión del estudio para que inicie el rodaje de una nueva película sin que haya escrito una letra del guión, mientras las mujeres que revolotean a su alrededor (madre, esposa, amante, musa, consejera) revelan el pasado, los miedos, el orgullo, la decadencia y todas las falencias del personaje; fueron adaptados y musicalizados para una versión de Broadway, Nine.
La versión americanizada fue la que utilizó Rob Marshal, el mismo director de Chicago, como inspiración y gracias a la cual se puede ver a Penélope Cruz (otra vez en un papel de mujer histérica) y a Kate Hudson catando. El resto del reparto femenino ya tenía experiencia en esas labores: Nicole Kidman protagonizó el musical Moulin Rouge, Marion Cotillard interpretó las canciones de Edith Piaf en La vida en rosa, Judi Dench participó en la adaptación para teatro de Cabaret y Fergie se gana la vida cantando con Black Eyes Peas.
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Iba a hablar de Nine y del placer culposo que me producen los musicales. Recuerdo haber visto mínimo veinte veces, en la época del Betamax, una película que nadie conoce de Jonnhy Deep y de la que él mismo se debe sentir avergonzado. En Cry Baby hace el papel de un rebelde sin causa, la mezcla perfecta entre Elvis Presley y James Dean, con patillas y chaqueta de cuero cantaba Rock & Roll, simplemente irresistible para una adolescente.
También recuerdo Grease (1978) con John Travolta y Olivia Newton -John interpretando empalagosas canciones de amor. Aunque muchos se refieren a esta película como la decadencia del género después le siguieron, y siguen saliendo, producciones que reivindican los musicales.
Iba a hablar de Nine pero hay muy poco que decir sobre la película, lo mejor son las interpretaciones musicales, Be italian de Fergie en el papel de Saraghina, Cinema italiano de Kate Hudson como la periodista americana Stephanie y Take it all de Marion Cotillard como la esposa del protagonista, Luisa Contini.
Iba a hablar de Nine pero no podía dejar de recordar otros musicales que vale la pena ver y volver a ver: Funny girl (1968) con Barbara Straisand; Cabaret (1972), excelente con Liza Minelli en su mejor momento; Fame (1980) tiene un remake que está por estrenarse; Moulin rouge y su París exagerado y fantástico; Chicago (2002) con Catherine Zeta –Jones y Renée Zelweger, y el mejor de todos Across the universe (2007).
Ambientada en los sesenta, la directora Julie Taymor tomó las canciones de The Beatles y tejió una historia con ellas.
Sin forzar la narración, trasmite todos los cambios sociales y culturales que estaban cocinando las generaciones más jóvenes. Desde la inocencia de las primeras letras hasta la influencia psicodélica de las últimas creaciones del grupo británico son aprovechadas en la producción, el resultado es difícil imaginar: muy buenas versiones de clásicos que casi todo el mundo conoce y aprecia en su forma original.
El éxito, podría aventura a decir, se debe a que respetaron la esencia de las canciones de The Beatles que, en últimas, son la esencia de una época que marcó la historia.
Iba a hablar de Nine pero lo mejor es verla y disfrutarla por lo que es: un musical que puede resultar entretenido pero que nunca superará la visión inicial y autobiográfica de Fellini.


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