Cartagena: una plaza parca


Luego de vivir la extraordinaria e increíble experiencia (no sigo con los adjetivos porque los canso, pero se merece un diccionario de elogios) de ver a Maná en vivo en Cartagena me pregunto por qué sus fanáticos tuvimos que esperar 21 años para tenerlos en concierto en nuestra ciudad, más aún, por qué causa, motivo, razón o circunstancia no se llenó el Estadio Jaime Morón.

Este no es un hecho aislado.

Los cuatro de Guadalajara tienen 30 años de carrera llenado escenarios como el Estadio Azteca, el más grande de América, con capacidad para casi 90.000 personas, y en este concierto el nuestro no estuvo al tope, siendo 4 veces menor. Pero el problema no es Maná, ni Carlos Vives, ni Maluma, ni Gente de Zona, ni Víctor Manuel, ni Zion, ni Lennox: es precisamente Cartagena.

De un tiempo para acá me acompaña la gran pregunta y preocupación de por qué grandes artistas no eligen a Cartagena como destino para sus giras: ni los mismos colombianos, porque Shakira después de presentarse en el Concurso Nacional de Belleza de 1999 por acá no ha vuelto a cantar. Por qué si Cartagena es una ciudad estratégicamente ubicada, privilegiada por su clima, con vuelos directos desde varios destinos, con potencial turístico y en expansión no tiene una amplia oferta para conciertos de algunas personalidades sino los mismos vallenatos con las mismas salsas.
Además de no realizarse, se ha perdido la confianza y despertado la abstinencia por la reiterada cancelación de algunos de ellos, como el caso del concierto de Ricardo Arjona en 2015 a 5 días de realizarse o el de Franco de Vita meses después.

Nos hemos acostumbrado a que nadie viene, a que “la plaza es mala” y nos hemos quedado de brazos cruzados perdiendo grandes oportunidades de potenciar nuestra ciudad y sobretodo de que los cartageneros de a pié, melómanos y fanáticos nos quedemos con las ganas de ver a nuestros cantantes preferidos y no debería continuar así. Justificamos a la ciudad por su tamaño y que “no tiene cultura de conciertos” pero se deja ganar de Valledupar que es más pequeña y todos los años llena el Parque de la Leyenda Vallenata, con capacidad para 40.000 personas, en el marco del Festival Vallenato. Cartagena que tiene mayor proyección turística no aprovecha ni la temporada para conciertos novedosos, como si lo hace el Valle del Cacique.

Por otra parte, y también en materia de planes aptos para la plaza, no existe una Cartagena para cartageneros, porque paradójicamente de enero a diciembre esta ciudad tiene agenda de eventos de talla internacional, incluso, es la sede oficial de muchos de ellos: Festival Internacional de Música, Storyland, Hay Festival, Festival Internacional de Cine, Concurso Nacional de Belleza, de los cuales más de la mitad de sus espectadores son originarios de otras ciudades, otra parte es prensa local y nacional y quizás el 10% son de la ciudad. Los elevados, E L E V A D O S, costos más que exclusivos los convierten en eventos restrictivos.
La cuota musical de algunos de estos eventos suelen ser reconocidos artistas que nunca se han presentado de forma masiva o decidieron dejarlo de hacer porque les resulta (a ellos) mejor opción económica. ¿Qué le pasa a la plaza?.

En esta ciudad parca para los espectáculos musicales masivos, los que ejercen esta hermosa y valiosa profesión han decidido emigrar. Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero con los músicos de Cartagena se pasaron, porque casi ninguno despegó su carrera aquí. El Joe Arroyo le cantó literalmente las verdades a la plaza, mientras agradecía a la nobleza y sentir de la gente acogedora de La Arenosa por ser arte y parte de su carrera, el mensaje subliminal de la canción “En Barranquilla me quedo” es que Cartagena no fue capaz de brindarle el apoyo que necesitó en sus inicios. Tomó la determinación de quedarse en Barranquilla, como muchos cantantes y músicos de la Heroica que se han ido en búsqueda de lo que aquí no encuentran, llenando estadios en todas las latitudes menos en la tierra que los vio nacer.

Este es un llamado a buscar soluciones, a no callar el inconformismo, a tocar puertas a ver si esto cambia, dedicado para todo aquel que se sienta identificado, a quien que como yo esté cansado de esperar que sus artistas preferidos vengan a Cartagena, a los que no pueden viajar a la ciudad donde se presente su cantante y tengan que conformarse con esperar a término indefinido una oportunidad, a los que lamentamos que se nos vayan promesas de la música porque aquí no se les acoge ni promueve, a los que a veces no podemos ir a los eventos privados que realizan con grandes personalidades por sus elevados y restrictivos costos, a los que nos han defraudado con la cancelación de un concierto, a los melómanos que nos encantaría que así como Cartagena es una pasarela de eventos, tenga una agenda incluyente a nivel de público y a nivel de oferta.

Cansada me detengo y pienso si esto es lo que merecemos.

Tw: @mfpineres
Instagram: @mafepineres


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR