Gabo: Te quiero de gratis


A propósito del primer año de soledad sin Gabito, me siento inspirada para hacer un humilde homenaje a mi escritor favorito. Y mi predileccion proviene de un cariño gratuito, casi congénito, pues la sentía mucho antes de que leyera una sola letra suya. Para mi nacimiento, Gabriel García Márquez conmemoraba 10 años de haber ganado el Premio Nobel de Literatura, tenía 65 años de vida y  25 años de haber dado a luz su obra cumbre, “Cien años de soledad”. Su nombre me acompañó detrás de la oreja en mi niñez, mi época de primaria, admirándolo desde mi ignorancia por simple patriotismo, más aun, por sentimiento costeño; sin embargo fue hasta 8° que por obligaciones académicas llegó a mis manos “Doce Cuentos Peregrinos”, el libro con el que estrené sus letras, que debe su titulo al recorrido que hicieron dichas historias en su etapa creativa y previa a la publicacion.  Quienes somos apasionados de este arte, escribimos historias que se vuelven trotamundos entre la gloria y la caneca de basura  y a veces mueren en el intento por conocer la luz de los ojos de la audiencia. Valió la pena el peregrinaje de los Doce cuentos de Gabo, al final vencieron a la oscuridad del olvido.

No soy más que una aprendiz  y admiradora suya más alrededor del mundo, no me le parezco ni en las comas, y aún me falta tiempo y criterio para conocer su obra, pero, el amor es ciego, no necesito haberlo leído por completo para conectarme con sus sentimientos y su imaginación y dedicarle la presente para agradecerle por ser un superhéroe realmente mágico, con el poder de hacerse inmortal a través de una máquina de escribir y poner a Colombia en boca de todo el mundo. 


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