Rimbombante, parco, humilde o improvisado, el quinceañero de los Millennials (hombres y mujeres) vive aún en la mente del homenajeado e invitados, más allá de lo que haya sucedido, la banda sonora que acompañó la celebración es el más fiel y fuerte marcador somático.
Para las niñas, sobretodo, ese es un evento esperado y deseado con la mayor ilusión, tiene una implicación social celebrarlo de la mejor manera, y al suceder en el marco de la finalización de la época de colegio guarda un dejo de nostalgia pasados los años. Los Millennials Cartageneros asistimos a muchos de ellos. Seguramente excedimos la capacidad mensual cuando nuestros amigos cumplían cada fin de semana. Las niñas con sus códigos de vestuario restrictivos y los niños con sus fiestas sencillas hicieron de la época un inolvidable capitulo para recordar: las pintas que llevamos, los peinados, los brackets, esas bochornosas cosas que hoy recordamos, personajes fugaces como novios que algunas llevaron y que hoy día son un par de desconocidos, entre otras tantas excentricidades producto de la moda de la época.
Hoy sentimos un fuerte flashback cuando suenan los Hermanos Rosario, Rikarena, Oro Sólido, Kinito Méndez, Sergio Vargas, Fulanito, Chichi Peralta, Proyecto Uno, DLG, Juan Luis Guerra y Eddy Herrera, merengueros que conformaron la banda sonora oficial de los quinceañeros cartageneros, mínimo alguno de sus temas fue elegido para la famosa “corte” o sencillamente no paró de sonar toda la noche ni los adolescentes de bailarlo. Este género se ha quedado como un buen recuerdo noventero, recordado por sus exponentes ya retirados, tiene un posicionamiento muy bien ganado entre quienes celebramos “moviendo las caderas a la derecha y a la izquierda”.
El naciente reggaetón, en la voz de El General y luego con sus exponentes, aún vigentes, Hector y Tito, Don Omar, Daddy Yankee, Tego Calderón y los de nuestros días, llegaron para ponerle el flow y el denbow a las partys.
No olvidemos que nos enamoramos con la reciente salsa romántica, el niño de la salsa Jerry Rivera fue de los primeros en detectar que los amores iban desapareciendo como los unicornios, y con él agrupaciones como Salsa Kids, quienes pusieron de moda un beso que durara del viernes hasta el lunes y le dieron valor a la magia de los 15 años, pusieron a cantar y bailar a muchas parejitas. El boom llegó con Salserín, con mucho swing, a finales de los noventa, quienes cantaban y encantaban a las jovencitas de la época y se convirtieron en un fenómeno musical.
Entre la Macarena, el Carrapicho, la Bomba y el Aserejé nos terminamos de bailar lo que quedó del Siglo XX. Las fotos impresas de estos cumpleaños que aún reposan en los álbumes, con la evidencia de una época inigualable en que la adolescencia se vivía de una manera desenfadada, y hoy nos burlamos a gusto de haber vivido lo que vivimos y disfrutado lo que disfrutamos.
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